El Circo Roncalli está preservando la tradición de los actos con animales al mismo tiempo que elimina las preocupaciones por la crueldad animal.
Especial.- Durante las actuaciones del Circo Roncalli en Alemania, un elefante se para frente al público, agitando sus orejas y moviendo su trompa. Levanta sus patas traseras mientras la multitud aplaude. Y luego desaparece.
El elefante, como los demás animales presentados en el Circo Roncalli, es un holograma en 3D, un esfuerzo tecnológico para preservar el sabor de los circos históricos al mismo tiempo que se eliminan las preocupaciones por la crueldad animal.
Según informa el periódico alemán Rheinische Post, el Circo Roncalli fue fundado en 1976 y comenzó a eliminar los actos con animales en la década de 1990. Desde 2018, el espectáculo no cuenta con animales vivos, sino que utiliza proyecciones holográficas con visibilidad de 360 grados para los espectadores sentados alrededor del ring. Según la BBC, se necesitan 11 proyectores para lograr este efecto.
Algunos de los actos holográficos replican las tradicionales acrobacias circenses, como el elefante actuando y un etéreo anillo de caballos galopando alrededor del escenario. Otros actos son más fantásticos; los espectadores del circo del pasado, por ejemplo, no habrían tenido la oportunidad de ver un enorme pez dorado flotando en medio del ring.
Los circos, antes una forma popular de entretenimiento, han estado luchando en los últimos años. Varios factores han contribuido a su declive, incluyendo la aparición de otros medios como películas y videojuegos que compiten por la atención de las jóvenes audiencias, y el aumento del costo del transporte de un grupo de artistas y animales en tren. En 2016, cuando el Circo Roncalli todavía usaba algunos animales, un solo viaje les podía costar casi $90,000 euros, según el periódico de negocios Handelsblatt.
Pero los informes de horribles crueldades contra los animales jugaron un papel importante en dañar la reputación del circo. En Estados Unidos, grupos activistas como People for the Ethical Treatment of Animals (PETA) pasaron años dirigiéndose al circo Ringling Bros. y Barnum & Bailey con campañas y demandas. En 2015, Ringling decidió eliminar a sus elefantes, citando un “cambio de humor” entre los consumidores, pero esto solo condujo a una mayor disminución en las ventas de entradas. Mientras algunos estaban decepcionados por ver irse a los elefantes, otros continuaron protestando contra el uso de leones, tigres, caballos, canguros y otros animales en el circo. En 2017, Ringling Bros. y Barnum & Bailey cerraron después de una carrera de 146 años.
Hoy en día, según el grupo de bienestar animal Four Paws, siete estados estadounidenses y 149 ciudades, pueblos y condados han implementado restricciones sobre el uso de animales salvajes en los circos. Justo el año pasado, Nueva Jersey y Hawái promulgaron prohibiciones a nivel estatal sobre los actos circenses con animales, y a nivel mundial, más de 40 países han establecido restricciones o prohibiciones sobre las actuaciones con animales.
Como ha demostrado el Circo Roncalli, esta preocupación por el trato a los animales no significa que deban estar completamente ausentes del gran escenario. Con un poco de ayuda de la tecnología, el espectáculo puede continuar.