Docentes y estudiantes se encerraron en aulas para protegerse del violento incidente.
Ecuador.- Luego de la toma de rehenes en el canal de televisión ecuatoriano TC, se conocieron reportes de graves incidentes con hombres armados en la Universidad de Guayaquil. Imágenes en redes sociales mostraron que hubo corridas en el campus y que grupos de estudiantes y docentes tuvieron que buscar refugio en las aulas a la espera de que se resuelva este incidente, aún en proceso.
Frente a estos hechos de violencia, el ministerio de Educación de Ecuador dispuso la modalidad “no presencial” hasta el viernes 12 de enero en todo el Sistema Educativo Nacional, que incluye planteles de régimen estatal, municipal y privado. La Universidad de Guayaquil suspendió todas las actividades en sus instalaciones y otros centros educativos así como algunas instituciones del Estado se encuentran en alerta.
Esta situación también surge tras la presunta fuga de un capo del narcotráfico y del crimen organizado, Adolfo Macías, alias Fito y de un jefe regional de otra banda criminal, Fabricio Colón Pico, y luego de una madrugada con al menos 30 actos violentos en nueve provincias del país, con secuestros de policías y explosiones de vehículos.
Además, la secuencia de ataques sucedió a la decisión del presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, de decretar la víspera un estado de excepción y toque de queda nocturno por 60 días tras confirmarse la desaparición de la cárcel de Fito, que aún sigue en paradero desconocido. Fito es líder de uno de los principales grupos del crimen organizado, conocido como Los Choneros, con estrechos vínculos con el cartel de Sinaloa, según las autoridades.
Ante la violencia desatada, el alcalde de Quito, Pabel Muñoz, mediante un comunicado exigió “toda la protección del Estado, del gobierno y de sus fuerzas de seguridad para precautelar el derecho a la vida” y pidió la militarización de las áreas estratégicas de la capital. El metro de la capital registra permanente resguardo militar en su interior durante las últimas horas.
La ministra del Interior, Mónica Palencia, dijo en un comunicado que el gobierno trabaja “por la recuperación de un estado de paz” y que “en este momento las cárceles son el centro de atención específico”.
Al decretar el estado de excepción, el presidente Noboa advirtió que no va “a negociar con terroristas” y que no descansará “hasta devolverle la paz a todos los ecuatorianos”.
Y este martes por la tarde, luego de los distintos incidentes en Guayaquil, Noboa declaró en un decreto la existencia de un “conflicto armado interno” en Ecuador y ordenó a las Fuerzas Armadas ejecutar acciones para neutralizar a distintos grupos del crimen organizado trasnacional que fueron identificados como “organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes”.