Con una mirada inquietante, Jorge Cuchí se sumerge en la creación de su segunda obra cinematográfica, “Un actor malo”, protagonizada por Alfonso Dosal, consolidando así el prestigio adquirido con su debut en la pantalla grande.
Ciudad de México.- La película se abre con una travesía nocturna en automóvil donde Sandra y Daniel se ven envueltos en una conversación reveladora que muestra una profunda complicidad entre ellos. Esta escena marca el inicio de la trama de “Un actor malo”, la esperada segunda película de Jorge Cuchí. Sorprendiendo a la crítica internacional después de “50 (o dos ballenas se encuentran en la playa)”, el director vuelve con un largometraje inquietante que prescinde de música original, una decisión destinada a evitar influir en las reacciones del espectador.
La película, estrenada durante el Tallinn Black Nights Film Festival, explora las repercusiones del acoso y el abuso, adentrándose en un territorio que ha impulsado importantes cambios en la industria cinematográfica internacional. Alfonso Dosal, protagonista de la película, comenta en entrevista que la trama refleja situaciones que ocurren prácticamente en cualquier lugar.
“Cuando leí el guion y vi la primera película de Cuchí, dije: ‘Creo que hay que escuchar a este hombre, porque está hablando de emociones y momentos vitales’. Y se volvió, más que un trabajo, una responsabilidad”, señala el actor.
Este compromiso implica filmar escenas íntimas con delicadeza y enfrentar las implicaciones de esta labor. Para Dosal, el tema central de la película es el consentimiento y cómo es interpretado por los protagonistas y espectadores.
A partir de esta premisa, el director y guionista plantea una narrativa que se desarrolla en un único día y lugar, creando una historia contenida con pocos personajes. Dosal recuerda el enfoque meticuloso durante el rodaje: “La filmamos de una forma casi aristotélica. Íbamos como en orden: por fechas y tiempos; porque sí hay una cronología en la película que, ciertamente, avanzó por el plan de rodaje”.
Si bien la película comienza con un tono intimista, hacia el final adquiere un ritmo frenético y explosivo, explorando un territorio incómodo de violencia alimentada por las redes sociales. Dosal destaca que, desde su perspectiva y la del director, el caos no es la solución a un problema vigente, sino más bien un reflejo de la falta de justicia en la sociedad actual.
En su cuarta semana, “Un actor malo” puede verse en salas comerciales y seleccionadas en todo México.