Los fondos de estabilización están en su nivel más bajo desde 2012, lo que deja al nuevo gobierno sin margen de maniobra, según Fitch Ratings
Miguel Ángel Ensástigue / El Sol de México.- Los fondos de estabilización que permiten paliar crisis económicas ante falta de ingresos, se encuentran en su nivel más bajo desde 2012, por lo que el siguiente gobierno de Claudia Sheinbaum tendrá dos escenarios: hacer una reforma fiscal para aumentar los recursos o recortar el gasto público, indicó Gerardo Carrillo, director regional para América Latina de finanzas públicas internacionales en Fitch Ratings.
“Tienen mayoría legislativa para hacer una reforma tributaria con la que se mejore sustancialmente la recaudación del gobierno, ¿se va a hacer?, no sabemos, no hay ninguna señal”, dijo.
De acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), al 30 de junio de 2024 el saldo del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) ascendió a poco más de 49 mil 304 millones de pesos, el monto más bajo para un mismo periodo desde el 2012 cuando los recursos fueron por 23 mil 784 millones de pesos.
El FEIP se creó durante la administración panista de Vicente Fox en 2001, como un fondo de estabilización ante la falta de ingresos del gobierno federal por choques internos o externos en determinado periodo.
Desde su creación, los ingresos del fondo provenían de recursos excedentes establecidos en la Ley de Ingresos y por transferencias del Fondo Mexicano del Petróleo (FMP).
Cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador asumió la presidencia, el FEIP tenía un saldo por más de 279 mil 770 millones de pesos.
Al cierre del segundo trimestre de 2019, en el primer año de gobierno de la denominada Cuarta Transformación, este fondo alcanzó un saldo histórico de aproximadamente 296 mil 313 millones de pesos.
Sin embargo, en los años posteriores, principalmente entre 2020 y 2021, el fondo disminuyó ante la necesidad del gobierno por cubrir el faltante de ingresos que provocó la crisis sanitaria por el Covid-19.
Ante este escenario, la SHCP buscó un nuevo mecanismo de fondeo y en marzo de este año se aprobó una reforma para que ahora pueda recibir dinero generado por los ahorros del costo financiero de la deuda o de otros programas presupuestarios de la administración pública.
De igual forma, el fondo se podrá nutrir de aportaciones adicionales en forma de activos financieros o títulos de crédito por parte del gobierno federal.
“Aunque ya se establecieron algunas medidas para ir restituyendo el saldo de este fondo, realmente lo que se tiene al momento es muy bajo”, aseguró el especialista de Fitch Ratings.
Además, recordó que el FEIP al igual que otros amortiguadores fiscales o fideicomisos públicos, también tienen un saldo bastante bajo o “prácticamente en ceros”.
Destaca el caso del Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF), con el cual el gobierno federal busca garantizar la estabilidad de las finanzas públicas estatales por un faltante de ingresos.
Los datos de la SHCP, que encabeza Rogelio Ramírez de la O, indican que al cierre del segundo trimestre de 2024 el FEIEF tuvo un saldo por 12 mil 527 millones de pesos, el más bajo para un mismo periodo desde que se tiene registro. A finales del segundo trimestre de los últimos dos sexenios, es decir, en 2018 y 2012, el saldo de dicho fondo fue de 74 mil 860 millones y 19 mil 450 millones de pesos, respectivamente.
El analista de Fitch Ratings subrayó que aunque se espera que la administración entrante de Claudia Sheinbaum Pardo recibirá una economía estable y con finanzas públicas sanas, hasta ahora no hay indicio de alguna reforma fiscal que ayude a elevar los ingresos presupuestarios y así prevenirse ante el debilitamiento de los fondos de estabilización.
Agregó que la agencia calificadora tampoco espera una marcada mejora de la actividad económica en los próximos años si no hay reformas en materia laboral o de seguridad social, las cuales podrían impulsar la productividad a largo plazo.
Con el nuevo gobierno, la agencia calificadora también espera que se mantenga el respeto a la autonomía del Banco de México (Banxico) y un manejo prudente de la deuda.