Estuvieron separadas desde que Juana se extravió a los dos años de edad
Redacción.- Juana se extravió el 1 de octubre de 1995, cuando tenía solo tres años, en el Bosque de Chapultepec, uno de los parques más conocidos de la CDMX , “Desde entonces madre e hija debieron continuar sus vidas por caminos separados”, ha dicho la fiscal Ernestina Godoy. Juana, de hecho, creció bajo otra identidad y hoy responde al nombre de Rocío. Fue ella misma quien vio la ficha de desaparición en internet y sospechó que podía ser la niña de la foto. Las autoridades hicieron una prueba de ADN para confirmar que ambas mujeres tienen lazos familiares. “El resultado fue positivo con una coincidencia genética de un 99.999%”, confirmó la fiscal.
La familia paseaba por Chapultepec y fue ahí donde perdieron contacto con Juana. Lorena, su madre, presentó una denuncia ante el Centro de Apoyo a Personas Extraviadas y Ausentes (Capea), un órgano especializado de la entonces Procuraduría General de Justicia, el antiguo nombre oficial de la Fiscalía. En ese entonces la ficha incluía la foto de la menor, sus señas particulares y el último lugar donde la habían visto.
En México hay más de 106.200 personas reportadas como desaparecidas o no localizadas, de acuerdo con cifras oficiales.
Juana vio la ficha gracias a la página web de una fundación que encontró en las redes sociales, ella y la asociación civil se acercaron a la Fiscalía. Un equipo especializado en búsqueda de personas inició inmediatamente la toma de muestras y el trabajo de identificación genética.
Todo el trabajo de la toma de muestras de la madre y la hija se hizo por separado en un laboratorio hace apenas algunos días. El resultado se les dio a conocer previo al encuentro, la Fiscalía informó que les apoyará para recibir acompañamiento psicológico.