Mario Vargas Llosa fue reconocido en 2010 con el Premio Nobel de Literatura.
Kevin Aragón / El Sol de México.- El escritor peruano Mario Vargas Llosa, ganador del Premio Nobel de Literatura en 2010, falleció este 13 de abril, según informaron sus hijos, en Lima, Perú.
“Su partida entristecerá a sus parientes, a sus amigos y a sus lectores alrededor del mundo, pero esperamos que encuentren consuelo, como nosotros, en el hecho de que gozó de una vida larga, múltiple y fructífera, y deja detrás suyo una obra que lo sobrevivirá”, dice un comunicado firmado por sus hijos, Álvaro, Gonzalo y Morgana Vargas LLosa.
De acuerdo con la familia, el autor de “La ciudad y los perros” no tendrá ningún homenaje público, y confiaron en recibir el espacio y privacidad necesarios para despedirlo junto a sus amigos cercanos.
Polémico y controversial desde sus primeros textos y declaraciones hasta el fin de sus días ―tanto en la arena política como en la república de las letras y los menesteres del lenguaje― con su partida el mundo en lengua hispana pierde a uno de sus intelectuales y escritores más prolijos desde la segunda mitad del siglo XX.
Aunque nació en la ciudad de Arequipa, al sur de Perú ―la cual el autor decidió como reposo último de su biblioteca―, en 1936, en el seno de una familia de clase media, en realidad su aventura literaria comenzó en Cochabamba, Bolivia, donde llegó a vivir, tras la separación de sus padres en 1937.
Ahí aprendió a leer a los cinco años en una escuela Lasallista, ahí adquirió su gusto por la literatura de aventuras y luego por la literatura francesa, principalmente de autores considerados clásicos como Victor Hugo, Gustave Flaubert, Alexandre Dumas y Honoré Balzac, entre otros. Luego regresó a Perú, donde terminó sus estudios como abogado.
Su obra narrativa, compuesta por 20 novelas y dos libros de cuentos, se caracteriza por tener una “manía por la ficción realista”, que terminó por ser innovador.
“No es ‘la condición humana’ lo que le interesa(ba) a Mario Vargas Llosa, sino el sistema social”, apuntó el crítico literario británico Donald L. Shaw, estudioso de la narrativa del Boom y Post Boom Latinoamericano, sobre el autor peruano.
Entre sus obras más conocidas se encuentra, primordialmente, La ciudad y los perros (1963), ambientada e inspirada en sus vivencias como estudiante en el Colegio Militar de Leoncio Prado, en Perú, y en el que retrató el duro y opresor sistema castrense de los años 50; La casa verde (1966), en la que a través de una compleja y polifónica narración describe el ambiente de corrupción y desigualdad en Perú, a través de las historias que giran en torno a un burdel homónimo; y Conversación en la catedral,en la que Vargas Llosa evidenció las represión durante la dictadura de Manuel Odría.
También destacan sus novelas La guerra del fin del mundo, en la que recreó literariamente la guerra de Canudos, un levantamiento religioso en Brasil a finales del siglo XIX; y La fiesta del Chivo (2000),situada en República Dominicana, una reinterpretación literaria de los últimos días del dictador Rafael Trujillo, muerto en 1961.
En varias ocasiones Vargas Llosa escribió reflexiones sobre la literatura y el quehacer literario, escribió alrededor de 15 libros de ensayo literario, como La orgía perpetua (1975), La verdad de las mentiras. Ensayos sobre la novela moderna (1990), Cartas a un joven novelista, (1997), o su último libro Un bárbaro en París. Textos sobre la cultura francesa (2023).
La concepción de Vargas Llosa sobre la literatura la describió él mismo, en su discurso de aceptación del premio Nobel de Literatura, que pronunció el 7 de diciembre de 2010.
“La literatura es una representación falaz de la vida que, sin embargo, nos ayuda a entenderla mejor,a orientarnos por el laberinto en el que nacimos, transcurrimos y morimos. Ella nos desagravia de los reveses y frustraciones que nos inflige la vida verdadera y gracias a ella desciframos, al menos parcialmente, el jeroglífico que suele ser la existencia para la gran mayoría de los seres humanos, principalmente aquellos que alentamos más dudas que certezas, y confesamos nuestra perplejidad ante temas como la trascendencia, el destino individual y colectivo, el alma, el sentido o el sinsentido de la historia, el más acá y el más allá del conocimiento racional.”
Vargas Llosa también cultivo los géneros periodísticos, ejercicio que realizó desde su formación estudiantil a mitad de los años cincuenta del siglo pasado; y también incursionó como dramaturgo, con 10 obras publicadas, este género fue crucial en su carrera, pues fue, de hecho con la obra La huida del Inca,escrita en 1952, que comenzó a escribir en serio.
Como político, este escritor que también tiene la nacionalidad española, tuvo durante su vida una muy activa participación, primero como figura de izquierda al simpatizar con el comunismo, convicción que lo llevó a oponerse a varios regímenes dictatoriales en América Latina.
Sin embargo, con los años, el escritor fue acercándose a las ideas del liberalismo. Entre sus acciones políticas más frontales, destaca el que en 1990 se enlistó como candidato a la presidencia de su país, con el Frente Democrático, sin que lograra su cometido.
Además del Premio Nobel, Vargas Llosa ostenta numerosos reconocimientos internacionales, entre ellos el Rómulo Gallegos, en 1967 y el Cervantes en 1994; así como varios honoris causa tanto en América como en Europa. También en 2011, la corona española lo nombró Marqués de Vargas Llosa; en 2021, fue elegido como miembro de la Academia Francesa, convirtiéndose en el segundo latinoamericano en tener tan distinguido reconocimiento.