Si lo tuyo no son las muñecas ni las lecciones de historia endulzadas, la saga de acción sigue en taquilla a una semana de su estreno.
Estados Unidos.- Llegó la séptima entrega de la saga Misión: Imposible. Esta es tu misión, si decides aceptarla. O quizá ya estés cansado de toda la grandilocuencia en el cine reciente. Pero, ¿realmente quiere decepcionar a Tom Cruise?
El primer día que empezaron a filmar Mission: Impossible—Dead Reckoning, Part One, Cruise condujo una motocicleta desde un acantilado noruego real de 4,000 pies y luego se lanzó en paracaídas. La última gran estrella de cine lo hizo por ti, por sus fans. Lo mínimo que puedes hacer es pagarle la cortesía viendo la película. ¿O no?
Si decides aceptar la misión, te espera una delicia. Una cinta que le hará latir el corazón y nunca baja de ritmo para llevar al público del frío mar de Bering hasta el techo del Aeropuerto Internacional de Abu Dabi o las estrechas callejuelas de Venecia.
La película cuenta con muchas máscaras robadas, una persecución en automóvil por Roma, un tiroteo en el desierto, una pelea de espadas en un puente y una intensa secuencia de tren fuera de control que puede superar cualquier cosa que la franquicia haya producido.
“Esto se está poniendo emocionante”, dice un personaje desde el principio y no queda de otra más que estar totalmente de acuerdo.
Entre los nuevos fichajes de la cinta, están Esai Morales, como un villano muy malo, y Pom Klementieff, como su ayudante psicótico. Hayley Atwell también hace su debut en la saga interpretando a una experta en ladrones y posible pareja romántica de Ethan Hunt, el personaje de Cruise.
El malo no es un tipo esta vez, es una forma descontrolada de inteligencia artificial consciente que se ha infiltrado en los sistemas informáticos de todas las naciones y representa un sueño febril de Hollywood de esta tecnología emergente. (Y tal vez también un golpe en CGI).
Esta IA puede estropear todos los dispositivos digitales con “el poder de poner al mundo de rodillas”, o al menos a un estado analógico anterior a Internet. Es “un enemigo que está en todas partes y en ninguna”. Los cineastas no están demasiado interesados en dar demasiados detalles, dejándolo como una amenaza existencial y dándole el apodo muy poco amenazante, “El Ente”.
Dead Reckoning, como sugiere el “Primera parte” del título completo, es otra franquicia de acción que se vuelve épica con arcos de varias partes —como Spider-Verse y Fast & Furious ya este año—, y utiliza una llave de dos partes como el punto de inflexión de la trama que todos necesitan desesperadamente, como en Transformers: Rise of the Beasts.
Una llave es buscada por Cruise, la ladrona/interés amoroso, un equipo de Operaciones Especiales de Estados Unidos, el desagradable Gabriel de Morales y la traficante de armas The White Widow. Pronto es robada la llave e incautada, lo que provoca que pase de dueño en dueño, como una papa caliente.
¿Qué tiene de especial esta llave? De alguna manera la IA la necesita y tiene un valor estimado de $100 millones, lo que parece bastante barato, para ser honestos. “El destino del mundo depende de encontrar lo que sea que abra la llave”, se nos indica. El Luther de Rhames advierte a su amigo: “Ethan, estás jugando al ajedrez de cuarta dimensión con un algoritmo”.
Si las otras entregas de Misión: Imposible mostraban a un Hunt un poco robótico, esta vez los cineastas permiten que se asome algo de su humanidad. Cruise muestra una agradable molestia por tener que sentarse en el lugar del pasajero mientras su automóvil se precipita hacia atrás a través de Roma, como un instructor de educación vial exasperado después de un largo día. Asimismo, muestra su lado tierno en Venecia cuando abraza a Ferguson en el crepúsculo y se dan la mano en una góndola.
Hablando de la persecución de autos en Roma, la segunda vez este año en que la icónica Plaza de España ha sido destrozada por una descarada y enorme franquicia estadounidense, tenemos la encantadora imagen de Cruise y Atwell esposados juntos en un antiguo y pequeño Fiat 500 amarillo.
“¿Hay alguien que no nos esté persiguiendo?”, pregunta ella.
Todas las partes interesadas se reúnen en una de esas grandes y elegantes fiestas de baile Eurotrash con luces oscuras, música rave atronadora y bailarines retorciéndose en plataformas que solo Hollywood parece amar, una secuencia recientemente mejorada por John Wick: Chapter 4, en Berlín.
Así, esta película que comenzó a filmarse antes de la pandemia y tiene una duración de dos horas y media, culmina con el salto en motocicleta de Cruise —la primera que filmó—, una secuencia de lucha sin aliento arriba de un tren de vapor y luego un descarrilamiento que obliga a los buenos a subir vagón tras vagón verticalmente para salvarse, mientras tienen que esquivar escombros, tipos malos e, incluso, un piano que cae.
¿Será posible que no aceptes esta misión? Tom Cruise lo hizo por ti. Sería de mala educación dejarlo colgado.