Mientras se presentaba la Constitución el 5 de febrero de 1917, en ese mismo año en el Estado de Tamaulipas había cinco movimientos armados en contra del gobierno de Carranza.
Durante la revolución mexicana, la jurisdicción de Reynosa fue testigo y en parte escenario, de las diferentes etapas de los movimientos armados en la región, como lo fueron el de los constitucionalistas de Lucio Blanco en 1913, el de los villistas en 1915 y el de los almazanistas entre los años de 1917 y 1918. Este último movimiento fue capitaneado por Juan Andreu Almazán, un arquetipo de un Odiseo mexicano, cuyas hazañas durante y después de la revolución, estuvieron marcadas por su instinto de sobrevivencia, más que por estrategias de fuerza combinadas con inteligencia, que son asociadas con la historia del guerrero de las islas de Ítaca en el Mediterráneo.
En teoría, los hombres que acompañaban al general Almazán eran parte del “Ejército Restaurador (Reorganizador) de la República”, creado por el Plan Felicista de Ixtlán de Juárez; pero en realidad lo formaban mexicanos de la frontera, muchos de ellos vivían del lado norte del río Bravo en Texas. Este Plan había sido firmado por los generales Félix Díaz, Isabel Robles, Higinio Aguilar, Juan Andreu Almazán y muchos otros en el Estado de Oaxaca, el 1º de agosto de 1916.
Este escrito se derivaba de los lineamientos del Plan de Tierra Colorada, Veracruz, presentado desde el 22 de febrero de ese mismo año por Félix Díaz, quién regresaba del exilio en el extranjero; Díaz reordenó a los grupos opositores del gobierno de Carranza, creando un poderoso movimiento contrarrevolucionario entre 1917 y 1920.
Mientras se presentaba la Constitución el 5 de febrero de 1917, en ese mismo año en el Estado de Tamaulipas había cinco movimientos armados en contra del gobierno de Carranza.
Los Felicistas.
Félix Díaz Prieto, apodado “el sobrino de su tío”, era el hijo del Chato, hermano de don Porfirio Díaz Morí. Félix tendría unos cuatro años de edad cuando su padre El Chato, Felipe Santiago quien cambió su nombre a Félix, había sido asesinado y descuartizado por los juchitecos, quienes cobraron venganza por las atrocidades hechas siendo gobernador de Oaxaca en el Istmo de Tehuantepec; especialmente por haber destruido la imagen de madera de San Vicente Ferrer, el santo patrono de ese lugar.
Al quedar huérfano, Félix Díaz Prieto creció bajo el afecto y el amparo de su tío Porfirio. Al igual que su padre cursó los estudios en el Colegio Militar, alcanzando después el grado de general brigadier de las fuerzas armadas. Al llegar Francisco I. Madero a la presidencia, pidió su baja del ejército, para después levantarse en armas en Veracruz. Sus fuerzas fueron vencidas en ese puerto, siendo capturado en octubre de 1912.
Al inicio de la Decena Trágica en febrero de 1913, Félix Díaz se encontraba recluido en la penitenciaría en México, purgando condena perpetua, después que Madero le había conmutado la pena de muerte dictada por un consejo de guerra. Las tropas del general Mondragón liberarían a los generales Bernardo Reyes en Tlatelolco y Díaz de la cárcel de Lecumberri, quienes dirigieron un ataque fallido al Palacio Nacional.
Mondragón y Díaz se apoderarían de la Ciudadela donde establecieron su centro de mando. Un pacto entre Díaz y el general Victoriano Huerta concluiría con el conflicto armado en la ciudad de México y sellaría el golpe de estado en contra del presidente Madero, al firmar el Pacto de la Embajada (de los E.U. en México). En ese momento, aparentaba tener un futuro político importante en el país, pero Díaz había sido utilizado por Victoriano Huerta para llegar a sus objetivos. Díaz fue enviado en una misión diplomática al Japón, terminando exiliado en Europa.
Ya no estaba Huerta al regresar a México en 1916, por lo que Félix Díaz encaminó su lucha en contra del encargado del Poder Ejecutivo y primer jefe del Ejército Constitucionalista, don Venustiano Carranza. Un número de grupos desorganizados opositores a Carranza luchaban en los Estados de Veracruz, Oaxaca, Chiapas y en otras partes de México.
El movimiento Felicista compuesto principalmente por guerrillas, pronto pasaría a los Estados del noreste: Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila. Este movimiento estaba apoyado con paisanos rebeldes en ambos lados de la frontera, quienes eran abastecidos desde Texas con armamento y provisiones. Su caudillo, Juan Andreu Almazán, llegó desde la frontera sur de México a principios de 1917.
Los almazanistas.
Juan Andreu Almazán era nativo de Olinalá, en el Estado de Guerrero. Su apellido paterno de origen catalán, frecuentemente aparecía en publicaciones de periódicos de la época como Andrew, y era confundido como su nombre de pila. Desde joven su familia se mudó al Estado de Puebla, terminó viviendo en la capital de ese Estado. Desde 1907 había ingresado a la Escuela de Medicina de Puebla, donde comenzó su militancia política en contra de Porfirio Díaz, apoyando la causa de Francisco I. Madero.
El 20 de noviembre de 1910, Juan Andreu Almazán, siendo un estudiante de segundo año de medicina en Puebla (y amigo de la familia Serdán) practicó la autopsia a Aquiles Serdán, a su hermano Máximo y a Fausto Nieto. Su maestro, el Dr. Lauro Camarillo, le ordenó al joven estudiante extraer el corazón de su amigo Aquiles y que se lo entregara para su conservación. Durante su estancia en San Antonio, Texas, Francisco I. Madero le había encomendado a Aquiles, el inicio de la revolución mexicana en el Estado de Puebla; desafortunadamente el plan fue descubierto dos días antes.
Durante su participación en la revolución, Andreu Almazán repetidamente cambió de bando: luchó a veces a favor y a veces en contra de Francisco I. Madero, Victoriano Huerta, Pascual Orozco, Pancho Villa; fue un amigo cercano de Emiliano Zapata.
En el norte en 1917, los periódicos lo clasificaban como “Felicista” por apoyar la causa del “sobrino del tío”, Félix Díaz, en el derrocamiento de don Venustiano Carranza. Algunos años antes, a Félix le puso un escolta para que fuera puesto en libertad, siendo que sus compañeros zapatistas lo iban a fusilar.
Juan Andreu Almazán llegó a la frontera de Tamaulipas por Texas, muy enfermo de fiebre del trópico a principios de 1917, después de un largo viaje que lo había llevado de Guatemala a Nuevo Orleans. El caudillo había luchado desde el inicio de la revolución mexicana, involucrándose en la lucha armada en casi todo el país, desde Chihuahua hasta Chiapas y Tabasco; en muchos de los casos peleando con el lado desafortunado.
El detalle de cómo Juan Andreu Almazán organizó el movimiento en el noreste de México, que tomaría momentáneamente la villa de Reynosa en el verano de 1918, será contado en un próximo artículo.