Los prejuicios sociales contra los adultos mayores perpetúan un ciclo dañino que conduce a un envejecimiento acelerado y un deterioro de la salud.
Especial.- El envejecimiento es un proceso inevitable, pero sus efectos pueden verse influidos por diversos factores, como el estrés, el embarazo y las percepciones sociales. Un estudio, publicado en Psychology and Aging, arroja luz sobre cómo la forma en que percibimos nuestra propia edad y los comentarios relacionados con ella pueden afectar nuestro bienestar físico y mental.
Análisis revela autopercepción de edad.
La investigación, dirigida por la científica de la salud Julie Ober Allen de la Universidad de Oklahoma, analizó datos de una encuesta nacional de 2019 sobre envejecimiento saludable. Los participantes fueron 2.006 adultos de entre 50 y 80 años, a quienes se les pidió que evaluaran cómo percibían su propia edad en comparación con la de sus compañeros. También, si habían experimentado discriminación o positividad relacionada con la edad, como elogios o solicitudes de consejo.
Sorprendentemente, a pesar del inevitable proceso de envejecimiento, una mayoría significativa (59%) de los participantes creía que parecían más jóvenes que sus compañeros. Esto destaca un optimismo predominante con respecto a la apariencia de cada uno, independientemente de su origen étnico.
Sin embargo, esto no protegió a las personas de experimentar discriminación por edad, según informó un tercio de los participantes que invirtieron tiempo y dinero en mantener una apariencia juvenil. Esfuerzos que no siempre dieron resultados positivos, por lo que debieron seguir lidiando con las suposiciones negativas sobre sus capacidades y los comentarios estereotipados sobre el envejecimiento.
De acuerdo con Julie Ober Allen, si bien algunas personas han desafiado con éxito los estereotipos al parecer más jóvenes, estas también pueden experimentar ansiedad e incomodidad asociadas con su apariencia.
El envejecimiento sigue siendo un tema de salud pública.
El estudio reveló además una correlación entre el tipo de comentarios recibidos relacionados con la edad y la salud general de los participantes. Aquellos que recibieron afirmaciones positivas tendieron a reportar una mejor salud física y mental, mientras que aquellos sujetos a discriminación o comentarios negativos reportaron peores resultados de salud.
Este hallazgo subraya el profundo impacto de los prejuicios sociales contra los adultos mayores, perpetúan un ciclo perjudicial que conduce a un envejecimiento acelerado y un deterioro de la salud. Además, tiene implicaciones más amplias para las sociedades de todo el mundo. Abordar la discriminación por edad y promover percepciones positivas sobre el envejecimiento puede mejorar significativamente la salud y la calidad de vida de los adultos mayores en general.
Los autores enfatizan la importancia de replantear las actitudes hacia el envejecimiento y centrarse en comportamientos saludables para promover el bienestar general. Adoptar una perspectiva positiva sobre el envejecimiento puede, en última instancia, conducir a una vida más larga y saludable. «Si haces ejercicio, mantienes un peso saludable y no fumas, lucirás más joven a medida que envejezcas», dijo Allen.