Estudio advierte que el término “obesidad metabólicamente saludable” debe evitarse en la medicina ya que supone un mayor riesgo de diabetes, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y enfermedades respiratorias.
Especial.- La obesidad saludable no existe. Un nuevo publicado en Diabetologia revela que tener un perfil metabólico normal no significa que una persona con obesidad está sana, ya que tiene un mayor riesgo de diabetes, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y enfermedades respiratorias.
La investigación, realizada por Frederick Ho y sus colegas de la Universidad de Glasgow (Reino Unido), ha examinado si las personas que tenían obesidad y un perfil metabólico normal, lo que se llama obesidad saludable, estaban sanas o realmente tenían un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud relacionados con la obesidad.
Se estima que a nivel mundial hay más de 300 millones de personas con obesidad, y si las tendencias actuales continúan, esta cifra probablemente superará los mil millones de personas para 2030 y comprenderá el 20% de la población adulta mundial. Y se sabe que la diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y muchos otros problemas de salud graves están relacionados con la obesidad.
La obesidad comporta problemas metabólicos, caracterizados por niveles elevados de azúcar en sangre, aumento de la tensión arterial, resistencia a la insulina y otros cambios metabólicos adversos. Dichos efectos no son universales y algunas personas con obesidad una tensión arterial normal, grasas saludables en sangre, poca o ninguna inflamación sistémica y un nivel saludable de insulina.
Esto es lo que se denomina obesidad metabólicamente saludable, y se estima que su incidencia es del 3% al 22% en toda la población general.
Al analizar la asociación entre la obesidad saludable y la mortalidad por todas las causas, diabetes tipo 2, infarto, ictus, insuficiencia cardíaca y enfermedades respiratorias, incluida la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), los investigadores han visto que no existe realmente este concepto.
El estudio definió obesidad sana si se reunían los siguientes criterios: un índice de masa corporal (IMC) de 30 kg / m2 o superior y al menos cuatro de los seis criterios metabólicamente saludables -tensión arterial y 5 biomarcadores sanguíneos: proteína C reactiva, triglicéridos (grasas), lipoproteínas de baja densidad (LDL / colesterol ‘malo’) y lipoproteínas de alta densidad (HDL / ‘ colesterol bueno ‘) y hemoglobina glucosilada.
Según su estado metabólico y de obesidad, los participantes se clasificaron como: metabólicamente sanos no obeso, metabólicamente sanos obesos, metabólicamente enfermos no obesos y metabólicamente no obesos.
En total analizaron a 381.363 personas durante un período de seguimiento medio de 11,2 años que formaban parte del proyecto U K Biobank .
Los resultados mostraron que, en comparación con aquellos metabólicamente sanos sin obesidad, los obesos metabólicamente sanos tenían 4,3 veces más probabilidades de diabetes, un 18% más de ataque cardíaco o ictus, un 76% más de riesgo de insuficiencia cardíaca, un 28% más enfermedades respiratorias y un 19% más de probabilidades de padecer EPOC. Y en comparación con las personas metabólicamente enfermas sin obesidad, estas tenían un 28% más de probabilidades de insuficiencia cardíaca.
Los autores advierten que las personas con obesidad metabólicamente saludable tenían un riesgo mayor de «diabetes, ataque cardíaco y accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca, enfermedades respiratorias y mortalidad por todas las causas en comparación con las personas que no eran obesas y con un perfil metabólico saludable».
Además, el equipo también encontró que, en un subconjunto de participantes con datos de seguimiento metabólico y de obesidad, un tercio de los que tenían obesidad metabólicamente saludable al comienzo del período de estudio se volvió metabólicamente insanos en un plazo de 3 a 5 años.
Los investigadores concluyen: “Las personas con obesidad metabólicamente saludables no son saludables ya que tienen un mayor riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca y enfermedades respiratorias en comparación con las personas sin obesidad que tienen un perfil metabólico normal”.
Y aconsejan que “el término obesidad metabólicamente saludable debe evitarse en la medicina, ya que es engañoso , y deben explorarse diferentes estrategias para definir el riesgo”.