La artista regiomontana del performance gana premio Internacional Leonardo Da Vinci en la ciudad de Milán, Italia.
Monterrey, Nuevo León.- Fina es una artista peculiar que inicio su preparación artística desde el ballet y después danza contemporánea, este conocimiento, le ha dado la oportunidad de conocer a la perfección el uso de su cuerpo y manejarlo como un canal de confrontación, catarsis, conexión y liberación.
Su experiencia le ha permitido llegar a distintos públicos desde plazas, museos, galerías y distintos espacios de forma física y virtual. Con una dinámica dirigida a los sentimientos profundos del ser humano que ella misma representa a través de este arte que se le conoce como el performance, arte espacio-temporal.
El performance nace a principios del siglo pasado cuando empezó a fortalecerse el movimiento artístico de los dadaístas (movimiento que negaba cánones estéticos y reivindicó formas irracionales de la expresión). La experimentación con el mismo cuerpo del individuo crea espacios que permiten la interacción comunicativa de forma privada a la manifestación pública de algún concepto o tema a representar.
“La gente se identifica porque es un trabajo honesto que viene de mi propia vida” comenta Ferrara. “El romper la cotidianeidad mediante música, imágenes y la misma representación de un tema por medio de mi cuerpo genera resonancia en el ser”.
En una de sus últimas presentaciones tocó el tema titulado Shame on You (¡Qué vergüenza provocas!) Donde de forma explícita sacudió y generó una imprevista concientización en el espectador, ya que el tema de la vergüenza fue tomada como una fuente de persuasión y perturbación que viene de las mismas entrañas del machismo mexicano.
La dinámica fue impactante porque no solo tuvo que haber una presentación en medio de un espacio público en la ciudad de Saltillo el pasado mes de octubre. La gente escuchaba los gritos de la artista y al acercarse recibía frases características de un machismo que sigue latente desafortunadamente en nuestra cultura. Solo a través de un contexto dislocado y obtuso que choca para checar y abrir ojos quizás a quien ni siquiera tuviese presente el machismo o este tipos de frases como violencia.
“El arte es movimiento y exploración. Yo misma he tenido que ser confrontada con miedos y asumirme como una mujer que ha experimentado la violencia.” Expresó Fina, “Las lágrimas se comparten y es donde me doy cuenta que existe una conexión con todas esas personas que solo transitaban casualmente y tuvieron la oportunidad de manifestar junto conmigo lo que muchas veces las palabras no pueden decir”
Tal y como refiere Fina, el artista habla y expresa desde su yo interno y vivencia personal. Es muchas veces la voz de la realidad actual. El desequilibrio es definitivamente necesario para cualquier acto creativo. “Cuando Dios le entrega a uno un don, también le da un látigo; y el látigo es únicamente para auto flagelarse.” (Truman Capote en su libro Música para Camaleones). Fina no solo ha logrado auto aprender de sus amores y dolores, sino que tiene muy claro que el aprendizaje se comparte y le permite crecer, por eso se encuentra interesada en promover y apoyar en distintos niveles educativos generando conciencias y de alguna forma promoviendo la valentía de dejar atrás esos pensamientos que han sido impuestos por generaciones del pasado para poder fluir.
“Este premio ha sido inesperado. Recibí la notificación a finales de enero de este año y al principio tuve mis dudas, pero hay un trabajo en años que me respalda y sobre todo la ayuda de las redes sociales y su impacto, el cual me está abriendo las puertas para poder ser parte de la 5ta edición del Premio Internacional Leonardo Da Vinci junto con otros 70 artistas alrededor del mundo. Habrá una ceremonia en el museo de Ciencia y Tecnología este 03 de abril y me siento sumamente contenta y emocionada de lo que está por venir.” Finalizó Ferrara.
Entre gritos que manifiestan a veces el horror y el dolor representando también al momento de romper jarrones de barro frente al público como forma de manifestar que cuando algo es roto queda permanentemente dañado. Me hace recordar la técnica japonés Kintsugi que justamente usa y repara piezas rotas y fracturadas de cerámica fundiéndolas con oro y plata, de tal forma que una vez que se une de nuevo esa parte desquebrajada se convierte en la parte más bella y fuerte. Una analogía hermosa para reflexionar en este día.