Los familiares expresaron su preocupación por esta situación, ya que las autoridades habían confirmado que las pruebas de ADN coincidían, pero no les habían dicho que no entregaban el cuerpo debido a esta omisión.
Reynosa, Tamaulipas.- Familiares de Jesús, uno de los cuerpos hallados en una fosa clandestina en la ciudad, compartieron su angustiante experiencia: “No sabían dónde había quedado la cabeza”. Las autoridades no procesaron el lugar donde se encontraron los 28 cuerpos, lo que plantea la posibilidad de la existencia de más víctimas.
Después de sepultar a su pareja, una joven mujer relató el calvario que atravesó para recuperar el cuerpo y darle sepultura. Solo logró hacerlo gracias a la intervención del colectivo nacional “10 de Marzo,” liderado por Delia Quiroa, que presentó una solicitud judicial que finalmente garantizó la entrega.
Sin embargo, lo más grave no fue la espera de tres largos meses para la entrega de los restos de Jesús “N”, a pesar de haber cumplido con todos los requisitos. Lo más alarmante fue que no les entregaron el cuerpo debido a la falta de identificación del cráneo de la víctima, incluso después de ser exhumado de la fosa.
Los familiares expresaron su preocupación por esta situación, ya que las autoridades habían confirmado que las pruebas de ADN coincidían, pero nunca habían revelado que no habían entregado el cuerpo debido a esta omisión.
El tormento continuó, ya que, para poder sepultar a Jesús, la familia tuvo que reunir recursos como pudieron, ya que solo les proporcionaron 13,000 pesos, mientras que el costo en el panteón Gayosso ascendía a 47,500 pesos. Afortunadamente, encontraron un terreno donde sepultarlo.
Ofrecerles entierro en Santa Ana, a pesar de la violencia en la zona, causó preocupación entre los familiares, ya que ir allí sería peligroso debido a la situación en los límites entre Reynosa y Río Bravo.
A casi tres meses de haber encontrado los cuerpos, solo uno ha sido entregado a sus familiares después de recurrir al sistema judicial debido a la falta de transparencia de las autoridades investigadoras. El colectivo y la sociedad civil se unieron para buscar a las víctimas, y los familiares iniciaron el proceso para recuperar los cuerpos mediante identificaciones a través de tatuajes, prendas de vestir y cicatrices.
Este día, las autoridades de la Fiscalía General de Justicia del Estado darán un informe sobre el progreso en las investigaciones y se espera que entreguen más cuerpos.
Este caso ilustra el doloroso proceso al que se enfrentan las familias de personas desaparecidas en un contexto donde el número de desaparecidos y fosas clandestinas es alarmantemente alto en México.