La villa quedó geográficamente situada en uno de los meandros del río Bravo, expuesta a las inundaciones anuales, como lo refiere el ingeniero Agustín López de la Cámara Alta, en su Descripción General de la Nueva Colonia de Santander en 1756.
La antigua villa de Reynosa fue fundada casualmente en la planicie fluvial del río Bravo, en lo que es ahora la comunidad de Reynosa Díaz. Este primer asentamiento se encontraba inmediato a la formación del segundo delta más grande del golfo de México, llamado caprichosamente valle del bajo río Grande o del río Bravo, ya que no cuenta con montañas o elevaciones para considerarlo geográficamente como tal.
En esos tiempos, dentro de la planicie fluvial se encontraba un denso bosque ribereño en ambos lados del río, con flora y fauna provenientes de diferentes puntos del continente, tales como la provincia biótica neotropical que se extiende desde Centroamérica, la del desierto chihuahuense que proviene río arriba desde Coahuila y Chihuahua y plantas de la provincia de Kansas, hacia el norte desde los Estados Unidos.
FLORA Y FAUNA.
El bosque ribereño, era la más extensa de las provincias bióticas en el área ribereña y abarcaba la planicie fluvial del río desde las inmediaciones del actual Díaz Ordaz hasta lo que es ahora Matamoros. Esta comunidad biótica incluía olmos, fresnos, palos blancos, sabinos, palmas de la especie tropical “sabal mexicana” y encinales revueltos con mezquites, granjenos, etc.
En su máxima expresión, estos bosques llegaron a ser densos con canopea o dosel forestal, donde la fauna contaba con una gran disponibilidad de agua y alimentos silvestres.
A mediados del siglo XVIII, Reynosa se fundó en una sección del continente de América del norte, donde podían coexistir plantas que crecen en Centroamérica y el sur de México, en la planicie del Golfo de México, en la llanura sureña de Texas y en el desierto Chihuahuense. El bosque ribereño podía compartir al mismo tiempo espacios, tanto con cactáceas como con plantas acuáticas.
En julio de 1686, la expedición dirigida por Alonso de León, proveniente de Cadereyta en busca del fuerte francés San Luis, encuentra esta impenetrable vegetación que se extendía por más de ocho km antes de llegar a la orilla del río. El diario de la expedición menciona haber encontrado brechas de más de dos kilómetros despejadas por los grupos étnicos de la región, para poder abrevar en las aguas del río Bravo.
En 1753, José de Escandón después de la fundación de Reynosa, encuentra entre las maderas aprovechables para los nuevos pobladores: el mezquite, el olmo, el taray, el sauz y otros palos de grandes dimensiones.
Ahora podemos afirmar que, el espacio geográfico de la primera fundación de Reynosa le perteneció al Nuevo Reino de León de Luis Carvajal de la Cueva, que se localizó en la Sierra de Picachos, donde se estableció el centro minero San Gregorio, villa Cueva de León y su capital Ciudad de León.
Las exploraciones enviadas desde esa capital hacia Coahuila, Nuevo México y las desembocaduras de los ríos Bravos y Palmas (Soto la Marina), muestran que lo que es ahora el bajo río del Bravo, al igual que gran parte de Tamaulipas, le perteneció a ese efímero primer reino de Carvajal de la Cueva entre 1580 a 1587.
La fauna del bajo río Bravo alberga alrededor de 700 vertebrados, entre los que se encontraban 61 mamíferos. Los seis felinos del continente de América del norte se encontraban en esta parte del río, incluyendo el jaguar. Entre los mamíferos de mayor tamaño se encontraban el venado cola blanca y el berrendo; este último era un tipo de antílope americano, el animal más veloz del continente.
Entre los mamíferos endémicos se encuentran diferentes especies de roedores, dos de murciélagos, el coatí de nariz blanca y una especie de zorrillo. En esta región existían entre la fauna anfibia, tres especies de salamandra y 19 de ranas.
Entre los reptiles había 19 especies de lagartijas, 36 de serpientes y 2 de tortugas; asimismo contaba con cerca de 500 especies de aves migratorias y locales. Una decena de especies de peces ofrecieron alimentos para la población nativa de estas regiones.
GRUPOS ÉTNICOS.
Por centurias antes de la fundación de Reynosa, grupos étnicos del continente se adaptaron estrechamente a la planicie fluvial del río, que los proveía con fuentes abundantes en alimentos propicios para una densa población de cazadores, recolectores y pescadores.
Eran grupos étnicos que vivían en diferentes rancherías sin la domesticación de plantas, pero llegaron a ser sociedades complejas que explotaban las fuentes heterogéneas, logrando algunas de ellas a sobrevivir hasta la última parte del siglo XIX.
Estos grupos que hablaban las lenguas comecrudo y cotoname, compartieron sus territorios con los colonos novohispanos enrolados por el capitán Carlos Cantú, en el Nuevo Reino de León para fundar la villa de Reynosa, con la anuencia del gobernador José de Escandón; consentimiento otorgado en el paso del Azúcar, en el río San Juan, unos días antes de la fundación de la villa.
La población nativa del río Bravo no fabricó cerámica o practicó la agricultura como medio de subsistencia. Fueron pocos los logros de las cosechas en la misión San Joaquín del Monte de Reynosa, localizada tres kilómetros río arriba del actual poblado de Reynosa Díaz, donde existió más tarde la comunidad “La Prietas” en el siglo XIX. Para los grupos indígenas del río Bravo, la colonización fue el principio del fin de su forma de vida, al reducirse sus territorios de caza y recolección.
LA VILLA.
Desde el 3 de marzo se encontraba Escandón en el Paso del Azúcar del río San Juan, en las inmediaciones de la presa del mismo nombre (también conocida como Comales o Marte R. Gómez), donde descansaron un rato para después llegar al Paso de las Flores (en lo que es ahora Camargo) como a las cinco de la tarde.
Fray Simón del Hierro, quien lidereaba a los misioneros franciscanos del Colegio de Guadalupe Zacatecas de Propaganda Fide, cuenta que en ese día por la mañana se encontraron con los pobladores que llevaba Carlos Cantú González para habitar lo que se convirtió en la villa Nuestra Señora de Guadalupe de Reynosa, al ser fundada el 14 de marzo de 1749.
La villa quedó geográficamente situada en uno de los meandros del río Bravo, expuesta a las inundaciones anuales, como lo refiere el ingeniero Agustín López de la Cámara Alta, en su Descripción General de la Nueva Colonia de Santander en 1756.
En su reporte mencionaba que “en septiembre y octubre, desamparan las familias la villa, tomando las lomas con bosques para poder vivir, para no exponerse a perder la vida en una noche, ejecutando todos los años”.
La villa permaneció a merced de las inundaciones anuales en este sitio por 53 años hasta que fue trasladada a la Loma de San Antonio en 1802, en lo que es la actual ciudad Reynosa.
En esta loma, los reynosenses vivieron los eventos de la independencia de México hasta su consumación, el 27 de septiembre de 1821. Por diez meses, entre mayo de 1822 y marzo de 1823, también fueron ciudadanos del primer imperio de Agustín de Iturbide.
Hace 200 años, el día 3 de marzo, el entonces alcalde de Reynosa, José Ignacio Benavides, recibió el decreto de la “Acta constitutiva de la federación mexicana”, proclamada el 31 de enero de ese año. La villa de Reynosa se convertía así, en parte del Estado libre de las Tamaulipas y de la república mexicana. El cabildo, suspendió su sesión para empezar el regocijo público, con repique de campanas, salvas y tiros por la tropa.
Los festejos continuaron en los siguientes 3 días, donde se cantó misa y se pasó a un templete, en la ya entonces considerada plaza constitucional, donde se dio lectura al decreto, por el secretario del Ayuntamiento José Antonio Leal. Todo esto, quedó registrado en el acta de cabildo, cuando sesionó el ayuntamiento, el 14 de marzo de 1824. Cumplía Reynosa en ese entonces, 75 años de haber sido fundada.
Desde entonces, Reynosa es parte del Estado de Tamaulipas y la República Mexicana, pues anteriormente había sido parte del virreinato de la Nueva España y de un malogrado imperio.
Grupos indígenas que fueron parte de la misión San Joaquín del Monte de Reynosa.
– Anda el camino, Casas chiquitas, Come crudos del Río Bravo, Como se llaman, Cotonames, Guajolotes o Cacalotes del Río Bravo, Malaguitas, Mayapemes, Mulatos,Narices, Nazas, Negros, Pames, Pelones, Pintos del Río Bravo, Saulapaguemes, Tampacauas, Tajones y Zacatiles.