El tiempo es invisible
porque acontecen muchas cosas
sin darse cuenta de que pasa.
Más se vuelven visibles
con el tiempo.
Y en ese lapso,
nos hace reflexionar,
así que nos calma.
El tiempo es inestable
porque tiene una mezcla
de sentimientos
y sabores contradictorios.
Nos deja amargas cicatrices
y a la vez dulces recuerdos.
Es el mismo tiempo
el que ayuda
a nuestra alma sanar.
Es esa línea,
que con el tiempo,
se vuelve una escala.
Con el mismo,
se toman decisiones,
Que entre tiempos,
nos guían con metas
y disciplinas.
El tiempo no para.
Tiempo…
Es lo que no tengo…
Y se desliza de mi agarre,
como arena,
se desliza entre mis dedos.
Más con el tiempo
seremos polvo.
Polvo que navega
por el mundo
sin porqués,
sin logros que hacer,
sin miedos,
ni sentimientos…
Vaya,
sin ataduras mundanas.
Simplemente, navegar
por días y ocasos,
noches y crepúsculos
durante un sin fin del tiempo…
Rosalva Ruiz, nació en 1981 y es originaria de Weslaco, Texas. Empezó a escribir en el 2019 como manera de expresarse. Es miembro de la Sociedad de Poesía de Texas y Códice Colectivo Literario. Algunas de sus obras se han publicado en antologias de Mcallen Public Library y Gnashing Teeth Publishing; como tambien en eZines como Prachya Review, Chachalaca Review, Gnashing Teeth Publishing y Aullidos del Monte (Howls from el Monte).