Viajando, exponiendo, pintando y disfrutando las bellas experiencias donde el color y el arte siguen catalizando su caminar.
Monterrey, Nuevo León.- En entrevista con Jorge Palacios, artista plástico regiomontano con más de 30 años de trayectoria artística pudimos adentrarnos un poco a ese mundo que le rodea donde se percibe su amor por el arte, la vida y el color que funge como catalizador de esas emociones intensas que invaden a un creador que no solo ha viajado y conocido el mundo y las distintas culturas, sino que encuentra en esas bases primarias de su niñez el sosiego y un encuentro constante con su ser para seguir el propósito de su vida.
En la época de los 90s fue uno de los pintores emergentes con más éxitos en nuestro país y seleccionado por la Embajada de Japón para representar a México en el Ship for World Youth y agradecido por esta experiencia que le permitió dar su nombre a conocer en otros lares, pintó para el Emperador Akhito de Japón y en aquel entonces el que fuera presidente de México, Carlos Salinas de Gortari. Palacios ha realizado alrededor de 65 exposiciones individuales en toda Latinoamérica, así como en la India, Italia, Japón, Estados Unidos y Nepal.
Que magnifica trayectoria, pero me interesa saber ¿qué sentiste al estar delante de un emperador?
-Gané una beca del gobierno de Japón por 3 meses y tuve la oportunidad de pintar un mural para él. Es una energía indescriptible, como estar delante del mandatario más poderoso. Nervios, claro que sí, pero son personas sencillas.
Fui seleccionado por la embajada de Japón para estar esos 3 meses dentro del Ship for World Youth y ahí conviví con personas de todo el mundo y realmente fue una experiencia bellísima y aleccionadora ya que aprendí que cuando quieres algo y sueñas con eso, tienes que ir por eso.
Platícanos sobre esos sueños y si ellos empezaron desde tu niñez.
-Yo de niño soñaba con subirme a los aviones, los veía pasar encima de mi casa y me decía a mí mismo que un día lo haría. Escuchaba también que la gente platicaba de sus visitas a Europa y cuando estaba en la adolescencia tenía muy claro que yo quería ser alguien que fuera parte del mundo del arte. En un inicio creí que sería cantante, actor, torero, pero nunca me imaginé que estaría relacionado a las artes plásticas.
A los 17 años mi padre me envió a estudiar a un colegio militar en Missouri por dos años y aprendí inglés. Estando allá había una clase de arte y me encantaba ver lo que ahí se hacía, pero no tenía los requisitos mínimos para ser parte de ellas, técnicamente hablando.
Esa navidad yo regreso de Estados Unidos y una prima muy querida que se llamaba Gaby González Palacios, se fue a McAllen con una tía y desgraciadamente sufren un accidente fatal en donde ambas pierden la vida. Gaby era mi única prima. Esto marcó mi juventud y Santa Claus le iba a traer un estuche de pinturas al óleo, ya que ella era muy talentosa y ese estuche llegó a mí.
Abrí el estuche de pinturas, leí las instrucciones y me puse a pintar. Todo empezó como un hobbie y a partir de ahí seguí haciéndolo hasta el día. Primero copiando cuadros de artistas famosos que venían en los libros de arte.
Tu soñabas con el arte porque eso ya estaba dentro de ti, llegó, te eligió y tú lo asumiste.
– ¡Sí!, exacto. ¡El arte me eligió!De hecho, mucho tiempo después en un encuentro con un hindú me dijo que había una hermana mía o alguien muy cercana a mí que había fallecido desde muy temprana edad y que ella estaba destinada a ser una gran pintora, lamentablemente ella trascendió y de alguna forma fuiste elegido para poder llevar a cabo su propósito de vida por ese cariño tan grande que les unía.
Empecé a pintar prácticamente de la nada y aprendiendo de forma autodidacta. Poco a poco descubrí los tonos y en aquel entonces mi abuela Alma Gómez Benítez de Palacios me apoyó armando una exposición a los 20 años en el Palacio de Gobierno con murales sobre caoba.
¿Cómo fue que aprendiste a trabajar la caoba y las técnicas pictóricas?
-Todo fue fluyendo. Fíjate que desde mis sueños sentía como si alguien me dictara y mostrara cómo combinar los colores, fue totalmente autodidacta.
Yo acabé mi carrera de ingeniería con mucho esfuerzo y al terminar me fui a estudiar al Hospicio Cabañas de la ciudad de Guadalajara por tres años y me di cuenta que era mi pasión y empecé a moverme de tal forma que pude exponer en varios espacios hasta llegar a Italia donde estudié un curso avanzado de dibujo en figura humana y muralismo, teniendo entonces la oportunidad de tener dos exposiciones individuales en Roma y Venecia.
Me encanta que compartes la importancia de hacer lo necesario para ir tras tus sueños, pero ¿cómo lograste exponer en tantos países?
-Todos tenemos la habilidad de soñar porque, pero no todos nos atrevemos a ir por eso que soñamos. Cuando yo regresé a Monterrey me acerqué al gobernador y recibí el apoyo para poder exponer en Uruguay, Chile, Buenos Aires, Bolivia, Costa Rica, a República Dominicana y estuve varios meses viajando y exponiendo y a mi regreso el gobernador me encomendó varias obras.
Me di cuenta que hay una fuerza interna muy grande dentro de mí que me ha permitido lograr todo lo que me propongo.
Cuando tienes un destino marcado, todo conspira para que suceda. Pero siempre con la cultura del esfuerzo. Reconozco que he sido realmente muy privilegiado.
¿Cuáles han sido tus influencias y cómo definirías tu obra?
-Mi admiración es por Picasso porque él rompió las reglas, al genio, talento y calidad pictórica de Salvador Dalí con ese surrealismo tan perfecto, admiro a Diego Rivera porque le dio una identidad artística a México a través de su pintura y fue un parteaguas porque, aunque él empezó como cubista, su trayectoria más preciada y valorada es a través del muralismo.
A María Izquierdo, la historia fascinante de Frida Kahlo, a Leonora Carrington, Remedios Varo, Jackson Pollock y Georgia O´Keeffe, porque cada uno de ellos tuvo una idea y una forma de aportar algo al mundo del arte.
Mi obra cuenta tiene algo surrealismo mágico y me gusta pintar guiado por el sentimiento, no por obligación. Me inspiro mucho en la naturaleza, los bosques tropicales, los insectos, la jungla, amo los tonos verdes, oscuros, los alcatraces.
¿Cuál ha sido la temática que has manejado en los murales que has pintado?
-La mayoría de ellos es con temática de la naturaleza y sólo dos han salido un poco de esta línea.
¿En dónde podemos apreciar algunos de tus murales?
-En el del Holiday Inn Cintermex que fue un encargo especial del señor Carlos Maldonado.
¿Cómo trabajas o cómo encuentras inspiración mientras lo haces?
-Con cuatro elementos. El primero es la música clásica o de new age, el segundo, encender un incienso, el tercero es tener una vela prendida y finalmente un vaso de agua.
¿Qué opinas de las nuevas corrientes del arte conceptual?
-Por respeto a los nuevos creadores, muchas veces callo, pero fíjate que en una ocasión que fue a la Feria de Arte Zona Maco el galerista Guillermo Sepúlveda expresó justo lo que siempre he pensado, esto que se le conoce como arte conceptual es simplemente una tomada de pelo.
La base del arte pictórico es el dibujo. Toda buena obra de arte requiere un boceto. Se necesita tener conocimiento de la proporción, de la forma, es prácticamente el cimiento que defiende cada pieza.
Mientras manteníamos nuestra conversación con un rico café se acercó un joven que saludó efusivamente llamándole “maestro” lo que dio pie a mi última pregunta.
¿Cómo es que después de todos los regalos que has recibido, los viajes, las exposiciones y sobre todo las enriquecedoras experiencias de vida retribuyes algo de lo mucho recibido?
-Enseñando. Compartiendo un poco de lo que sé, a pequeños, a jóvenes y adultos mayores en Sevilla y Oviedo, España y después replicamos esta dinámica en el gobierno de Nuevo León, pero al final del día creo que el que más ha ganado he sido yo porque sigo aprendiendo de esa autenticidad de las personas que pintan cosas maravillosas expresando lo mucho que tienen dentro con solo técnicas y todo el amor que puedo ofrecer porque para recibir tanto, también hay que saber dar.
Definitivamente esas emociones se perciben claramente plasmadas en cada lienzo y la temática de la naturaleza siempre presente haciendo uso del color que de alguna forma funge como su gran catalizador de vida y paz.