El estudio analiza las alteraciones de la retina para encontrar patrones asociados con esta condición.
En el mundo de la investigación, los ojos podrían ser considerados como una ventana, no hacia el alma, sino hacia el cerebro. Estudios recientes sugieren una conexión entre las alteraciones nerviosas en la retina y anomalías en las estructuras cerebrales asociadas, posiblemente vinculadas a trastornos como el Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Ahora, un estudio publicado en JAMA Network explora el uso del aprendizaje profundo (deep learning) para generar modelos capaces de identificar el autismo y evaluar la gravedad de la afección a través del análisis de imágenes de la retina.
Mirar a los ojos.
Los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yonsei en la República de Corea destacan: «Las personas con TEA muestran cambios en la estructura de la retina que potencialmente reflejan alteraciones cerebrales, incluidas anomalías en las vías visuales debido a conexiones embrionarias y anatómicas».
Hasta el momento, se desconocía la capacidad de los algoritmos para detectar objetivamente el TEA. Para comprobarlo el equipo entrenó un modelo con imágenes que categorizaban a los sujetos como autistas o no. Luego, la IA analizó las retinas de 958 niños y adolescentes, con una edad promedio de 7,8 años, de los cuales la mitad tenían diagnóstico de autismo. Así, logró una puntuación perfecta en la identificación de los sujetos autistas .
Detección y síntomas.
Sin embargo, su capacidad para predecir la gravedad de los síntomas a partir de las imágenes de la retina fue menos precisa, acertando entre el 48 y el 66% de las veces. A pesar de esto, los autores ven un potencial significativo para ofrecer evaluaciones tempranas y rápidas a los niños.
Si bien el estudio se enfocó en niños y adolescentes de 4 a 18 años, se considera la posibilidad de que el modelo pueda aplicarse incluso a infantes más pequeños. El grupo de edad más joven en la muestra tenía cuatro años. Esto sugiere que las alteraciones en la retina de individuos con TEA podrían manifestarse antes de que la retina alcance su pleno desarrollo.
Prevalencia del TEA.
En una investigación anterior, los científicos relacionaron la respuesta retiniana a la luz con trastornos como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y el TEA, evidenciando cómo los ojos reflejan la actividad cerebral.
Con una prevalencia de uno de cada 36 niños de ocho años, detectar el autismo tempranamente puede marcar una diferencia significativa en la comprensión de uno mismo y en el desarrollo de los jóvenes.
«Los hallazgos de este estudio sugieren que las imágenes de la retina podrían ser una herramienta viable para detectar el autismo de manera objetiva y evaluar la gravedad de los síntomas».