Aunque tienen efectos distintos, ambas bebidas ofrecen beneficios valiosos para el organismo.
Especial.- El eterno debate entre café y té no tiene un claro ganador, ya que ambas bebidas aportan beneficios importantes al cuerpo humano. El café, popular en Occidente, contiene cafeína y compuestos antioxidantes como el ácido clorogénico, que mejoran la concentración, el estado de alerta y la memoria a corto plazo. Sin embargo, su consumo excesivo puede provocar efectos secundarios como insomnio o aumento del ritmo cardíaco, por lo que debe tomarse con moderación.
Por otro lado, el té —en especial el verde— se distingue por su contenido en polifenoles como las catequinas, que favorecen la salud cardiovascular y podrían ayudar a prevenir enfermedades crónicas. Además, contiene L-teanina, un aminoácido que promueve una sensación de calma sin generar somnolencia, creando un efecto de “alerta tranquila” que contrasta con el estímulo más abrupto del café. El té negro, con más cafeína que el verde, también mejora la función cognitiva y apoya el sistema circulatorio.
En conclusión, tanto el café como el té pueden formar parte de una dieta saludable. La elección entre uno u otro dependerá de los gustos personales, la sensibilidad a la cafeína y los objetivos específicos de bienestar. Ya sea para iniciar el día con energía o para disfrutar de un momento relajante, ambas bebidas tienen un lugar valioso en la rutina diaria.