Un penal de América y un remate de Oziel Herrera de parte de Tigres empataron la ida de la gran final en el Volcán.
Rubén Beristáin, ESTO.- Con todo a su favor por la ’14’. América continúa sin ganar en partidos de ida de final, eso ya se convirtió en costumbre, pero al menos impidió que el Volcán explotara a todo su esplendor y un empate de visita ante Tigres puede saber a un grato resultado para las Águilas en su objetivo de ahora finiquitar la serie en casa y en un estadio Azteca que estará repleto, y con la ventaja para que un título más se sume a las vitrinas azulcremas. Las Águilas tienen todo a favor para hacerlo realidad, el primer paso ya lo dieron. 1-1 final.
La final más esperada, con los clubes más ganadores en los últimos tiempos, empezó muy intensa, tal y como ser esperaba. Antes de cumplirse el primer minuto, Rafael Carioca derribó a Valdés con una entrada con fuerza desmedida por detrás hacía el tobillo. El mediocampista coqueteó con la expulsión, pero sólo fue amonestado a pesar de los reclamos de la visita.
La enjundía azulcrema se apagó. El juego se equilibró, pero la visita siguió con la propuesta con un Julián Quiñones que se vio muy activo. Los abucheos que retumbaban en el inmueble cada que el naturalizado mexicano tocaba el balón lo motivo, pero no pasó algo importante.
El partido fue trabado, con mucha intensidad, pero muy poca claridad al frente por parte de ambos equipos. América fue mejor y lo más relevante que creó al ataque fue un disparo de Miguel Layún, tras asistencia de Valdés, que pasó muy cerca.
El jugador que está por retirarse dio sus mejores minutos en mucho tiempo. Layún fue el más peligroso de la visita hasta con centros. Uno de ellos cayó en el área, pero Henry Martín lo remató con el pecho. Diego Valdés tuvo una más, pero el chileno no conectó bien y perdonó la más clara. Así se fue el primer tiempo en un Volcán apagado.
El complemento comenzó distinto. No llevaba ni un minuto y Quiñones mandó un disparo que amenazó con meterse a la portería, pero el Patón Guzmán salvó. La atajada del argentino se opacó cuando Jesús Angulo metió una patada imprudente sobre la Pantera. Henry Martín tomó el balón y lo clavó con clase ante el berrinche de Nahuel. El Volcán enmudeció por completo.
Tigres quiso dar el zarpazo del empate de inmediato. Así lo demostró el cuadro de casa, pero se encontró con una zaga azulcrema bien plantada en su zona, pero que se metió demasiado atrás, que los felinos supieron aprovechar. En tiro de esquina, Herrera metió un remate de cabeza, que puso la paridad en San Nicolás.
El juego siguió, de un lado a otro se movió el balón, pero no hubo más claridad a la ofensiva. Todo quedó igualado, con ventaja americanista, para sur en el estadio Azteca pueda levantar una estrella más en su historia. Sólo necesita ganar.