Mientras el agua en Cerro se agotaba pacientemente, las explotaciones masivas de agua para usos extensivos agrícolas gozaron de buena salud, nunca fueron reguladas ni se impulsó su tecnifiación.
Nuevo León, México.- Los anuncios desde la Conagua y Agua y desastres, simples voceros, con un trabajo de total incompetencia para el manejo, tiene implícito un reconocimiento de que nunca tuvieron la voluntad para coordinarse y realizar una gestión del agua de manera integral.
¿De que nos sirve un vocero -Juan Barragán- anunciando la horrible tragedia?
De poco.
Solo se dedicaron a abrir y cerrar la llave del agua en la presa hasta casi el fin.
Nunca se dedicaron a regular todas las explotaciones de agua. Mientras el agua en Cerro se agotaba pacientemente, las explotaciones masivas de agua para usos extensivos agrícolas gozaron de buena salud, nunca fueron reguladas ni se impulsó su tecnifiación.
Durante estas épocas de incertidumbre el agua nunca llegó a la presa porque se uso TODA para el riego descontrolado.
La gestión de estos usos nunca va a implicar que dejen usar el líquido, sino su tecnificación: se requiere que sean eficientes y por esa vía consuman solo lo necesario; esto define un pronóstico, hoy inalcanzable, donde el agua hubiese estado disponible para ser almacenada en Cerro Prieto.
En lugar de articular esa gestión, solo se dedicaron a ser anunciadores del vaciado y de su trabajo incompetente.
Este mapa es del acuífero desde donde se abastece Cerro Prieto.
Vean los puntos rojos que corresponden a todas las explotaciones agrícolas del agua; Linares y Hualahuises están llenas de agua. Observen también como coinciden con los campos de actividad agrícola, en color verde limón. A la derecha, la presa, de rojo, vaciada casi toda.
Ese universo de puntos rojos es el que se debe regular.
Apenas hoy llegan Adán Augusto y el preciso de la Conagua, dizque a poner orden.
Ni la burla perdonan.
¿Ya para qué? El agua superficial se acabó.