La Máquina del Cruz Azul no pudo descifrar al Atlético de San Luis y de paso perdió el invicto en la Jornada 8 de Apertura.
José Ángel Rueda / ESTO.- Si Cruz Azul pensaba que su condición de súper líder le iba a permitir apantallar al San Luis, estaba muy equivocado. La Máquina no sólo perdió el invicto en el estadio Alfonso Lastras al caer 3-1 ante los potosinos, sino que también arriesgó el primer lugar de la tabla general del torneo Apertura 2024.
Dicen los técnicos que hay derrotas que llegan en el momento justo, quizá eso fue lo que le pasó al Cruz Azul, demasiado pendiente del invicto de 11 partidos que presumía. La Máquina salió a la cancha del Alfonso Lastras con la intención de llevarse los tres puntos. Sin embargo, con el paso de los minutos su dominio se vio amenazado por un buen San Luis. Los potosinos aprovecharon la velocidad de su ataque para poner en predicamentos a la zaga celeste y a partir de entonces metieron miedo.
Ni siquiera el gol de Cruz Azul, para abrir el marcador al minuto 32, generó nervio en los locales. Un buen centro de Rotondi que Rivero mandó con la testa al fondo de las redes, arriesgando el físico tras un fuerte golpe en las costillas. Parecía que encaminaba un nuevo triunfo de la Máquina. Sin embargo, los de Torrent apelaron a la vieja fórmula: no dejar que el rival se separe demasiado, y empataron el marcador apenas tres minutos después, con un buen remate de cabeza de Boli.
Los potosinos se envalentonaron con el gol y de a poco arriesgaron más, un atrevimiento que tuvo su recompensa ya en el tiempo añadido. Con un rebote que Güemez cazó dentro del área para poner la ventaja justo antes del descanso.
Más allá del golpe, Cruz Azul salió al complemento decidido a empatar el encuentro y cerca estuvo de conseguirlo, con un buen remate de Montaño que Sánchez controló en el fondo. Aquel fue de los últimos avisos de la Máquina, muy predecible al ataque e incapaz, por momentos, de contener las embestidas del San Luis.
Cruz Azul se quedó sin hombre menos tras la expulsión Piovi.
La cosa para los celestes se complicó aún más al 74 cuando Piovi metió una patada imprudente que el árbitro sancionó con la roja. El hombre de menos condenó a la Máquina, que aún vió como Erik Lira hacía más pesada la losa con un desafortunado autogol, cuando el tiempo se agotaba.