El actor estadounidense de 78 años se encuentra en Buenos Aires filmando una serie junto a Luis Brandoni
Buenos Aires, Argentina.- Vestido con unos pantalones holgados color crema, una chamarra azul y una bufanda a rayas negra, Robert De Niro ingresa a un restaurante. El uso obligatorio del tapabocas en lugares cerrados se convierte en un aliado más para intentar pasar desapercibido: suma sus necesarios lentes y una gorra. Su pareja hace lo propio (tapabocas y gorra), y su hija solo lleva mascarilla, carga su abrigo en las manos y también un libro. Los tres toman asiento en la mesa en la que los espera un hombre. Saludan a los que están en la mesa de al lado, algunos hablan español y otros lo hacen en inglés: nadie lo sabe pero son sus custodios. Se sienta de espaldas al salón y sueñan con un almuerzo como el de cualquier otra familia.
Sin embargo, nada de eso pasará: los comensales no salen de su sorpresa. Pese a que estaba camuflado, no costó reconocerlo. Son tantas las películas exitosas que carga en su haber que su figura es tan familiar como cada uno de sus personajes. Las reglas son claras para el entorno: nadie puede pedirle fotografías –los empleados les explicaron que ellos lo tienen prohibido- pero todos le extienden sus puños para saludarlo, tal como sucede desde hace casi dos años, cuando comenzó la pandemia del coronavirus y ya no corren los besos.
El restaurante elegido es Nuestro Secreto -una parrilla del hotel Four Seasons, en donde está alojada la familia De Niro-, y en la que, por supuesto, comieron un bufet de carne. Almorzaron bajo el cielo, ya que el salón tiene un techo de cristal transparente, y estaba calefaccionado por las bajas temperaturas. Él acompañó el asado con agua de marca Perrier, reconocida por su botella verde. Y helado de postre.
El actor estadounidense de 78 años llegó a la Argentina el sábado pasado en un vuelo privado e intentó que su llegada no fuera advertida: salió por el sector FBO VIPCLUB, un servicio privado cuyo acceso es independiente al aeropuerto de Ezeiza. Ese mismo día, pero en un vuelo comercial, arribó su nueva novia, Tiffany Chen, una profesora de artes marciales con quien está en pareja desde agosto de 2021.
A la comitiva liderada por custodios personales y efectivos de la policía contratados por el entorno de la estrella internacional, se sumó su hija menor Helen Grace, fruto de su relación anterior con Grace Hightower: la pequeña nació en 2011 a través del método de subrogación de vientre. Y desde que sus padres se divorciaron -a fines del 2018, luego de 21 años de casados- ambos lucharon por su tenencia, así como lo hicieron por su hermano mayor, Elliot, que nació en 1999.
Tiffany y Helen Grace viajaron para acompañar al multipremiado actor durante los días de rodaje en Buenos Aires: será parte de Nada, una serie protagonizada por Luis Brandoni y dirigida Mariano Cohn y Gastón Duprat para la plataforma de streaming Star+.
El protagonista de grandes éxitos como Taxi Driver aprovecha los horarios de las comidas para compartir con su pareja y su hija, ya que el resto del día cumple con largas jornadas de filmación: el lunes estuvo en el barrio porteño de Congreso filmando desde las 6 hasta las 18; y este martes el rodaje comenzó a las 8 en la zona de Once -más precisamente en Matheu y Rivadavia- y se calcula que terminará a la medianoche.
En ambos casos, De Niro compartió el almuerzo con sus compañeros de trabajo, también con el equipo de técnica y productores. Comieron bife de chorizo con ensalada en una larga mesa. Y de postre eligieron flan con dulce de leche.
En tanto, la figura de El padrino: Parte II también programó su viaje para disfrutar los días libres con su familia: el sábado estuvieron en un campo de polo en la zona Oeste del Gran Buenos Aires. El domingo aprovecharon para recorrer Buenos Aires y visitar algunas atracciones turísticas, como el Museo Nacional de Bellas Artes, situado sobre la Avenida del Libertador al 1400, en pleno barrio porteño de Recoleta. Luego, él se quedó con Brandoni en el museo y su pareja y su hija se fueron de compras.
Durante su estadía en Buenos Aires, Robert De Niro y su familia se trasladan en dos camionetas de alta gama. Una de color gris y otra negra. Y ambas son custodiadas por patrulleros de la policía, contratados de manera privada por el actor, y también por una moto particular. Una la utiliza él para sus jornadas de rodaje y la otra, su pareja y su hija para pasear por Buenos Aires.