Se estrenó el pasado jueves la adaptación del relato de George R. R. Martin, que no logra coherencia con un guion incoherente, estética vacía y una química inexistente entre protagonistas
Ciudad de México.- Tierras perdidas prometía mucho: una adaptación de un relato de George R. R. Martin, dirigida por Paul W. S. Anderson y protagonizada por Milla Jovovich y Dave Bautista. Sin embargo, el resultado final es una historia desdibujada que traiciona el texto original con cambios sustanciales y una narrativa sin alma. La premisa de una poderosa bruja que debe cumplir un oscuro deseo en un mundo postapocalíptico tenía potencial, pero se diluye entre decisiones narrativas poco acertadas y un guion sin rumbo.
A pesar del esfuerzo de Jovovich por sostener el protagonismo, su personaje carece de profundidad y se ve atrapado en escenas mal escritas y dirigidas. La película falla en su intento por construir un universo sólido y cae en lo ridículo con momentos forzados, efectos digitales excesivos y actuaciones inconsistentes. El metraje, de más de dos horas, se vuelve pesado sin ofrecer un desarrollo real de personajes o contexto.
Visualmente ambiciosa pero narrativamente vacía, Tierras perdidas es una mezcla fallida de estética, acción y fantasía. La química entre los protagonistas es inexistente y el intento de introducir una tensión emocional queda forzado. En lugar de una fábula potente, la cinta se siente como una oportunidad desperdiciada que ni entretiene ni deja huella.