Una serie brutal que deja huella en el género de super héroes.
Ciudad de México.- Los primeros minutos de Daredevil: Born Again son pura televisión de alta calidad, con una espectacular pelea entre Bullseye y Daredevil que marca el tono de la serie. Un año después, encontramos a un Matt Murdock retirado y a Wilson Fisk convertido en alcalde de Nueva York, aunque lejos de haber abandonado sus negocios turbios. Con un enfoque renovado, la serie logra una mezcla impecable entre drama criminal, acción y política, manteniendo la esencia del personaje pero llevándolo a nuevos niveles de intensidad.
El cambio de dirección tras la salida de los guionistas originales generó dudas, pero el resultado final es una serie con identidad propia que fusiona sus distintas etapas sin perder coherencia. La trama se desarrolla con solidez, introduciendo personajes como Tigre Blanco y Muse, mientras que el gran villano sigue siendo Fisk, cuya oscuridad y ambición brillan incluso más que el propio Daredevil. A pesar de un cierre de temporada que deja con ganas de más, la segunda parte ya está en camino.
Si bien Matt Murdock enfrenta una crisis personal que lo hace menos fascinante que antes, Born Again equilibra acción brutal y momentos emocionales con una dirección impecable. Wilson Fisk, Punisher y un elenco de personajes bien construidos elevan la serie a un nivel superior, consolidándola no solo como un digno sucesor de la versión de Netflix, sino como una de las mejores producciones de Marvel hasta la fecha.