Las personas de origen mexicano son la segunda nacionalidad, después de la china, que más consumen drogas sintéticas en Estados Unidos.
Roxana González / El Sol de México.- La crisis por consumo de fentanilo que enfrenta Estados Unidos no sólo ha afectado a los estadounidenses sino también a los mexicanos y otros extranjeros que radican en ese país. De acuerdo con un estudio realizado por diversas universidades de la Unión Americana, el número de connacionales que han llegado a hospitales o muerto por consumo del opioide aumentó 300 por ciento entre 2020 y el 2023.
Según la investigación, encabezada por la Universidad de California, mientras en el 2020 sólo se registraron seis atenciones de mexicanos por sobre dosis de fentanilo en hospitales públicos de Estados Unidos, para el año pasado sumaron 24, de los cuales dos murieron.
De acuerdo con datos del Centro Nacional de Estadísticas Sanitarias de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), al menos 107 mil 500 estadounidenses murieron por sobredosis en 2023, unos tres mil 500 menos que en 2022.
Los mexicanos, de acuerdo con el estudio, son la segunda nacionalidad, después de la china, que más consumen drogas sintéticas en Estados Unidos, incluido el fentanilo.
Este opioide sintético es clasificado por la Agencia Antidrogas (DEA) como una sustancia hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más potente que la morfina. Una dosis de sólo dos miligramos de fentanilo, que equivalen a entre 10 y 15 granos de sal de mesa, se considera suficiente para matar a una persona.
Las autoridades estadounidenses advierten que el fentanilo fabricado ilegalmente suele combinarse con otras sustancias como pastillas falsas, heroína, cocaína y metanfetamina. Por eso, muchas personas pueden no saber que están consumiendo el opioide, lo que provoca una intoxicación accidental.
De acuerdo con el estudio elaborado por las universidades, los mexicanos que han caído en consumo de esta droga son varones entre los 22 y 39 años y en su mayoría son personas con estancia en Estados Unidos de entre cinco y diez años.
Incluso algunos de ellos cuentan con la residencia o una green card (tarjeta verde).
El consumo entre los migrantes sin documentos de origen mexicano recién llegados a la Unión Americana es nulo o “todavía invisible”, destaca el informe.
Las universidades alertan, sin embargo, sobre una tendencia a la alza en el consumo por parte de “los no estadounidenses” en el corto plazo, estimulado por la producción en masa de pastillas médicas de imitación con fentanilo, que los grupos criminales comercializan falsamente a través de las redes sociales y en plataformas de comercio electrónico, de modo que cualquiera que tenga un teléfono celular, incluidos los adolescentes y adultos jóvenes, pueden adquirirlas.
“Por lo económico tanto en la producción como en costo al consumidor, esta sustancia seguirá conquistando a Estados Unidos y no sólo a los estadounidenses, sino a la variedad de nacionales que viven aquí, cada vez es más sencillo y económico adquirir esta droga”, señala el informe.
El tráfico de fentanilo ha sido uno de los motivos de la amenaza del próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para imponer aranceles de 25 por ciento a México. “Este arancel permanecerá en vigor hasta que las drogas, en particular el fentanilo, y todos los migrantes ilegales detengan esta invasión de nuestro país”, escribió Trump el 27 de noviembre pasado en sus redes sociales.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, respondió que los aranceles causarían inflación y pérdida de empleos sin abordar las causas reales de estos problemas. También dio a entender que México impondría aranceles como represalia. Posteriormente, Trump y Sheinbaum mantuvieron una llamada telefónica que ambos calificaron como productiva, aunque con versiones contradictorias: Trump afirmó que Sheinbaum había prometido detener la migración hacia la frontera estadounidense, mientras la mandataria mexicana aclaró que ese no había sido su mensaje.
“Aunque las detenciones y las incautaciones de fentanilo puedan generar un teatro de acción en la guerra contra las drogas, no significa que los traficantes dejen de abastecer el mercado estadounidense”, señala la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola), en un análisis sobre las amenazas del próximo presidente estadounidense.
La influyente organización agrega que si Trump realmente quiere desafiar un status quo fallido y encontrar soluciones reales al tráfico ilícito de drogas y a la crisis de las sobredosis, debería centrarse en el verdadero problema: el catastrófico compromiso de los gobiernos con la prohibición de las drogas en sí.