El ascenso del populismo esta impactando a las instituciones democráticas.
Washington.- En Estados Unidos, la desconfianza hacia las instituciones públicas ha alcanzado niveles alarmantes, un fenómeno que Donald Trump y sus seguidores han capitalizado. Con el inicio de su segundo mandato, Trump y su administración se proponen desmantelar aspectos clave del gobierno federal, una demanda central de su base electoral. Figuras como Newt Gingrich afirman que esta postura responde a un creciente escepticismo hacia un “gobierno grande”, exacerbado por décadas de fracasos percibidos en proteger a los ciudadanos y gestionar crisis como el 11 de septiembre, la guerra de Irak y la pandemia.
Las encuestas de Gallup y Pew Research muestran una caída drástica en la confianza pública en las tres ramas del gobierno desde los años 50, con cifras de confianza en el Ejecutivo, Legislativo y Judicial por debajo del 50%. Este panorama ha fomentado el populismo, empujando a votantes de clase trabajadora y minorías a apoyar a Trump con su mensaje de “América primero”. Este enfoque incluye políticas nacionalistas como proteccionismo comercial, restricciones migratorias y menos intervenciones en guerras extranjeras.
Sin embargo, los críticos, como la congresista Lois Frankel, advierten que esta agenda podría dañar a las familias trabajadoras y a los más vulnerables. Frankel denuncia que las políticas de Trump priorizan recortes presupuestarios extremos que podrían debilitar programas esenciales como SNAP y Medicaid. Además, alerta que el “enfoque de supervivencia del más fuerte” beneficiará principalmente a las corporaciones y a los estadounidenses más ricos, dejando a muchos ciudadanos sin la red de apoyo necesaria.
A pesar del escepticismo de los demócratas, Trump y sus aliados consideran que la clave para su éxito será implementar reformas profundas y visibles que restauren la confianza pública. Gingrich, defensor de una reforma agresiva, sostiene que la administración Trump enfrenta el desafío histórico de convencer al pueblo estadounidense de que un gobierno más reducido puede ser funcional y efectivo, algo que determinará si este período será recordado como una transformación histórica o una oportunidad desperdiciada.