Parecía que América se conformaría con empatar tras un error de Luis Ángel Malagón, pero se sobrepusieron y sacaron la victoria ante Rayados.
Miguel Ángel Mujica / ESTO.- La velita está prendida, América todavía puede clasificar directo a Liguilla. El triunfo ante Monterrey fue clave, las tres unidades que los igualan con el Guadalajara valdrán oro una semana después, cuando el Rebaño y uno de los competidores natos de las Águilas, se enfrenten, los Pumas.
El 2-1 en el estadio de la Ciudad de los Deportes coloca a los cremas como noveno de la clasificación, pero con el beneficio de que sus dos máximos rivales se enfrentan de inmediato y ellos, con un resultado positivo en Mazatlán, se meterían como sextos.
El encuentro en el Coloso de la Colonia Noche Buena fue tenso desde el primer minuto. América no se sintió cómodo, sobre todo porque Monterrey supo robar pelotas en momentos claves. La zaga, liderada por el Toro Guzmán, se encontró con pelotas claves cuando la Sanandija Andrada iba a entrar en acción.
El primer tiempo se concentró del lado regiomontano. Solamente Canales, en un tiro libre, colocó presión a un Luis Ángel Malagón que tuvo tranquilidad en los primeros 45 minutos del encuentro. La paridad se mantuvo hasta el descanso.
En el inicio del complemento, las Águilas por fin dieron el golpe que pareció letal. Un mal pase de Fidel Ambriz terminó en la pierna izquierda de Brian Rodríguez. El volante uruguayo definió entre las piernas de Andrada. La tribuna explotó junto a un Rayito que retornaba a ser titular luego de su lesión.
Monterrey mejoró por la pasividad que mostró el ave tras irse arriba en el marcador.
Los intentos regios fueron constantes y Jardine mostró su intención al sacar a Chiquito Sánchez y Diego Valdés para darle el retorno a Álvaro Fidalgo y la incorporación de Cristian Borja para forjar una línea de cinco.
El juego cayó en un bache que Malagón abrió. Jordi Cortizo, recién ingresado en el encuentro, probó de lejos, el arqueo se equivocó al atacar la pelota y se comió el balón, que tuvo que recoger del fondo de la red.
América lució desesperado. Javairo Dilrosun e Illian Hernández ya iban a la cancha cuando Fidalgo escapó por la izquierda, se metió al área y definió a la perfección entre las piernas de un Andrada que no lo pudo creer.
El estadio estalló con americanismo puro. No hubo más, América se llevó tres puntos de oro, la velita de verse en la Fiesta Grande de manera directa sigue prendida, todo depende de ellos.