Un estudio revela que el esfuerzo mental intenso provoca sensaciones físicas desagradables.
Especial.- Pensar puede causar un verdadero dolor físico, según un nuevo estudio que respalda la sensación que muchos hemos experimentado al intentar resolver un problema difícil. La investigación, publicada en el Psychological Bulletin, sugiere que, incluso cuando optamos por realizar actividades mentalmente exigentes, es probable que no sea porque disfrutamos del esfuerzo en sí.
Investigadores de la Universidad Radboud, en los Países Bajos, llevaron a cabo un metanálisis de 170 estudios previos, publicados entre 2019 y 2020, que incluyeron a 4,670 participantes en 358 tareas cognitivas diferentes.
A pesar de la diversidad en los estudios, todos utilizaron el índice NASA Task Load (NASA-TLX) para evaluar la carga mental. Los resultados mostraron un vínculo fuerte y consistente entre el esfuerzo mental y las sensaciones desagradables.
Según el índice NASA-TLX, esas sensaciones incluyen inseguridad, desaliento, irritación, estrés y molestia. Esta relación se observó en una amplia variedad de tareas, desde realizar una cirugía asistida por robots hasta navegar por una estación de tren virtual. Además, se registró en distintos grupos de personas, desde estudiantes universitarios hasta militares. Cuanto mayor era el esfuerzo mental, mayor era la incomodidad experimentada.
Curiosamente, esta relación no era tan pronunciada en países asiáticos, lo que podría atribuirse a una mayor tolerancia al esfuerzo mental, posiblemente resultado de las largas horas escolares desde temprana edad en estas regiones.
“Nuestros hallazgos muestran que el esfuerzo mental se siente desagradable en una amplia gama de poblaciones y tareas”, señala Erik Bijleveld, psicólogo y coautor del estudio. “Esto es importante para profesionales, como ingenieros y educadores, al diseñar tareas, herramientas, interfaces, aplicaciones, materiales o instrucciones”.
La recompensa detrás del esfuerzo.
Estos resultados concuerdan con investigaciones previas que han demostrado que las tareas mentales difíciles pueden causar agotamiento cerebral e incluso que la concentración intensa durante largos períodos puede llevar a la toxicidad en el cerebro.
Entonces, ¿por qué las personas se involucran deliberadamente en actividades mentalmente desafiantes, como los videojuegos? Los investigadores sugieren que podría deberse a algún tipo de recompensa: ganar un juego, socializar con otros o ganar dinero, por ejemplo.
“Cuando las personas eligen realizar actividades mentalmente exigentes, esto no debería interpretarse como una indicación de que disfrutan del esfuerzo mental en sí mismo”, comenta Bijleveld. “Quizás las personas eligen actividades mentalmente exigentes a pesar del esfuerzo, no por él”.