Esta semana se estrena “Guerra Civil”, un filme sobre ese futuro distópico al que tanto miedo tienen -algunos- norteamericanos.
Ciudad de México.- Kirsten Dunst y Wagner Moura interpretan a dos reporteros de guerra en este drama bélico distópico en el que deben cubrir la toma de la Casa Blanca por parte de un grupo de rebeldes.
Hasta la fecha, Alex Garland había demostrado en su faceta como director algo que reforzaba sus mejores armas como guionista: la capacidad para convertir unas historias llenas de alegorías en imágenes cargadas de lirismo y cierta belleza retorcida.
Algo que quedaba claro en ‘Ex Machina’ (2015), su minimalista debut; el folk horror metafórico de ‘Men’ (2022), pero sobre todo, en la brutal trascendencia visual de ‘Aniquilación’ (2018), en la que, desde la fantasía, se internaba en el cine de acción continuando el legado de directores como John Carpenter.
Pero con ‘Civil War’, el director parece haber encontrado su propio estilo, con una película de guerra en toda regla en la que Garland se deja de parábolas y simbolismos.
Más allá de las lecturas políticas que se hagan del oportunismo de su lanzamiento en año electoral en Estados Unidos –seguramente sea la cinta más polémica y polarizadora en años– , estamos ante el film más redondo de Garland, que sigue firme en el dibujo de situaciones incómodas, mostrando su músculo para contar situaciones de acción que rayan en un realismo perturbador.
Con una banda sonora que progresa de lo impactante a lo irónico, compensando el desarrollo de los personajes que van progresando de forma contraria, contando una historia al espectador en medio de la contienda, sin explicar cómo empezó todo y sin tomar partido nunca, ‘Civil War’ se presenta como una angustiosa road movie que hace paradas momentáneas en el terror, el drama, el cine bélico e incluso la comedia.
Los 3 reporteros visuales involucrados en la historia, los cuales pertenecen a tres generaciones distintas, parecen conformar a un mismo personaje, progresando y madurando de forma paralela en un mundo donde las decisiones deben tomarse en segundos y procesar las consecuencias es algo que hay que dejar para otro día.