El grupo de escoltas que viajaba en dos camionetas para cuidar al funcionario recién nombrado, no fue impedimento para perpetrar el atentado en su contra.
Sinaloa, México.- Juan Miguel Silva Alvarado, un mando policiaco conocido como el “Bóxer”, estuvo tan solo unas horas como subdirector de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Culiacán, Sinaloa, antes de que un grupo de sicarios terminara con su vida.
El grupo de escoltas que viajaba en dos camionetas para cuidar al funcionario recién nombrado, no fue impedimento para perpetrar el atentado en su contra, a unos metros de la Fiscalía General del estado.
De acuerdo con los reportes de las autoridades, Silva Alvarado se encontraba implementando operativos en bares y cantinas cuando fue interceptado por un comando que sometió y desarmó a sus guardaespaldas.
Posteriormente, los sicarios apartaron al jefe policiaco y lo ejecutaron con armas largas sin disparar en contra de nadie más.
Tras darse a conocer el ataque, elementos del Ejército, la Guardia Nacional, la policía estatal y la policía municipal desplegaron un operativo para interceptar a los agresores, pero solo lograron encontrar las armas que les habían quitado a los escoltas, las cuales fueron abandonadas a unas calles del atentado.
A través de su cuenta de Twitter, el secretario de seguridad Pública del Estado, Cristobal Castañeda, dio a conocer la agresión.
“Elementos de la @SSPyTM_Culiacan fueron agredidos por civiles armados; de forma directa un elemento fue atacado y lamentablemente perdió la vida”, escribió el funcionario.
“Fue una agresión directa. Es lo único que sabemos. Están reuniendo al personal que venía con él para ver si había otro indicio”, indicó el subsecretario de Seguridad Pública del estado, Mayor Carlos Alberto Hernández Leyva.
Por su parte, el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, envió condolencias a la familia de la víctima y consideró como un hecho “extraño” el asesinato, porque ninguno de los agentes que acompañaba a Silva Alvarado presionó el botón de pánico para alertar a las corporaciones policiacas.
“A mí se me hace raro, no sé, pero a mí se me hace raro que transiten carros armados por la ciudad y no se reporten, nadie se dé cuenta, que lleguen y aseguren a los escoltas y nadie aprieta el botón de pánico”, señaló.