La cuenca de El Cristo se vio afectada por un incendio que comenzó la tarde del lunes en el noroeste de la ciudad.
Ciudad de México.- La sequía y la escasez de agua en Ciudad de México son tan graves que una de las cuencas de captación de agua de lluvia de la capital se incendió el martes, consumiendo a su paso 30 hectáreas de vegetación seca.
El cuerpo de bomberos de la capital del país dijo en un comunicado que el incendio había sido controlado durante las últimas horas de la tarde, aunque las imágenes difundidas por los bomberos mostraban una capa de humo que todavía cubría la cuenca.
La cuenca de El Cristo se vio afectada por un incendio que comenzó la tarde del lunes en el noroeste de la ciudad. Las cuencas sirven para retener el exceso de agua de los desagües pluviales.
Como la ciudad se ubica en un valle de alta montaña sin desembocaduras naturales, las precipitaciones repentinas suelen desbordar los desagües artificiales. Las cuencas de captación funcionan como amortiguadores.
Por lo general, su coloración es tan verde debido a las lluvias anteriores, que en ocasiones los residentes las usan como canchas de futbol improvisadas o para el pastoreo de animales.
Pero el valle central de México registró precipitaciones por debajo de la media en 2023. La situación es tan crítica que las presas del sistema hídrico del Cutzamala, ubicadas a las afueras de la ciudad, están a una tercera parte de su capacidad, y algunas incluso a un 30%. El sistema de tres embalses suministra cerca de una cuarta parte del agua que emplean los más de 20 millones de habitantes del área metropolitana de Ciudad de México. Los pozos urbanos suministran la mayor parte del resto.
Las autoridades mexicanas empezaron a restringir el uso de esas presas en aproximadamente un 8% en octubre, y decretaron un recorte adicional del 25% en noviembre. Probablemente, pasarán unos tres meses más antes de la llegada de lluvias significativas.
Los funcionarios dijeron que el fenómeno de El Niño y las olas de calor causaron la reciente disminución de lluvias, pero añadieron que las condiciones de sequía se han intensificado a lo largo de los últimos cuatro años, provocando la reducción paulatina de los niveles de los embalses.
Diversos estudios han demostrado que el cambio climático crea patrones de El Niño más intensos, que provoca periodos de escasez de lluvias.