Especial.– Las preocupaciones financieras afectan significativamente a la salud física, subraya un estudio del Reino Unido. La investigación revela que el estrés financiero se correlaciona con alteraciones a largo plazo en los sistemas inmunológico, nervioso y hormonal. El estudio fue publicado en Brain, Behavior and Immunity.
Investigadores del University College London (UCL) y Kings College se centraron en 5000 adultos mayores de 50 años y exploraron el impacto del estrés crónico en los marcadores de salud en poblaciones de mayor edad.
Los científicos encontraron que el estrés financiero se destacó por sus implicaciones perjudiciales para la salud a largo plazo. Los otros cinco factores fueron: cuidado, discapacidad, duelo, enfermedad y divorcio.
El estudio utilizó cuatro biomarcadores clave: el cortisol (una hormona del estrés), la proteína C reactiva (PCR), el fibrinógeno (ambos relacionados con la inflamación) y el factor de crecimiento de insulina 1 (IGF-1, asociado con el envejecimiento) para delinear los perfiles de riesgo.
Los hallazgos indicaron que las personas que reportaban estrés tenían un 61% más de probabilidades de exhibir un perfil de salud de alto riesgo. Además, el estrés financiero aumentaba específicamente esta probabilidad en casi un 60% en un seguimiento de cuatro años.
La adición de otros factores estresantes, como el divorcio, aumentó el riesgo incrementalmente en un 19%. Esto muestra el profundo efecto de la tensión financiera en la salud biológica. Esta asociación persistió independientemente de factores genéticos, socioeconómicos, de edad, sexo o estilo de vida.
Aun así, se necesitan más investigaciones para determinar de manera concluyente el impacto del estrés financiero en la salud biológica. El estrés financiero puede impregnar varios aspectos de la vida, lo que puede tener consecuencias graves como conflictos familiares, exclusión social y falta de vivienda.
El estudio no afirma que el estrés cause directamente problemas de salud a largo plazo, pero destaca su influencia significativa en el envejecimiento del cuerpo. El estrés crónico puede alterar el funcionamiento de los sistemas inmunológico y neuroendocrino, perjudicando la salud y la homeostasis.
Curiosamente, el estudio también observó una asociación entre un mayor consumo de alcohol y un perfil de riesgo más bajo. Esto puede reflejar los efectos antiinflamatorios del alcohol en lugar de sugerir un beneficio para la salud por un mayor consumo.
La investigación involucró principalmente a participantes blancos. Esto limitó la generalización de los hallazgos, especialmente dados los distintos niveles de estrés entre los diferentes grupos étnicos. No obstante, el equipo concluye que la respuesta inmune y neuroendocrina al estrés presenta un objetivo de intervención crítico.
El estudio subraya las intrincadas conexiones entre el estrés, particularmente el financiero, y la salud física. Además, aboga por intervenciones que aborden las respuestas biológicas al estrés.