Carvajal y su gente siguieron por la llanura costera viajando paralelamente al oriente de las faldas de Sierra Madre. Nueve años antes, ésta fue la ruta que había utilizado Carvajal en su viaje de regreso de Mazapil, después de haber alcanzado el Valle de Extremadura. En esta segunda ocasión, los expedicionarios de Carvajal, es posible que hayan pasado por las inmediaciones de las actuales ciudades de Victoria, Linares y Monterrey
(Parte 9)
Los preparativos para el nuevo poblamiento ocurrieron en el verano de 1581 y su partida fue desde el pueblo de la Tamaholipa, en un punto del actual municipio de González en Tamaulipas, el 25 de octubre de ese año. Un número desconocido de colonos y soldados viajaron hacia el noreste de ese pueblo icónico, acompañados por su guía espiritual, fray Juan de la Magdalena.
Sus utensilios y provisiones se cargaron en mulas y caballos, arriando ganado vacuno y caprino, los cuales serían los primeros hatos que originarían, con el tiempo, el ganado mostrenco de la Llanura Costera del Golfo de México. Los nuevos pobladores trajeron sus semillas, como el trigo, para introducir la domesticación de plantas en el noreste; mientras que cargaban suficientes provisiones para subsistir por algún tiempo.
Carvajal y su gente siguieron por la Llanura Costera, viajando paralelamente al oriente las faldas de Sierra Madre. Nueve años antes, esta fue la ruta que había utilizado Carvajal en su viaje de regreso de Mazapil, después de haber alcanzado el valle de Extremadura. En esta segunda ocasión, los expedicionarios de Carvajal, es posible que hayan pasado por las inmediaciones de las actuales ciudades de Victoria, Linares y Monterrey.
Subiendo la sierra, el grupo llegó al nacimiento del río Nacataz (Pesquería en la parte baja), en las inmediaciones de los actuales límites de los municipios de García, Nuevo León, y Ramos Arizpe, Coahuila; estuvieron a unas seis leguas del entonces recién fundada villa de Saltillo, por la gente de Nueva Vizcaya.
Primeras fundaciones.
Regresando hacia el valle de Extremadura, Carvajal continuó con su gente hacia el noreste en busca de minerales, especialmente plata, hasta la sierra que nombró Nuestra Señora de los Remedios, en lo que es actualmente la Sierra de Picachos. Buscando el mineral encontraron varias minas, nombrando el lugar como las Minas de San Gregorio. Carvajal nombró escribano de la nueva provincia a Andrés del Águila, quien registraría las minas en la villa conocida como “Cueva de León”, la cual fue fundada el 10 de diciembre de 1581, siendo testigos Felipe Núñez, Manuel Fernández y Diego Barbosa.
En abril del siguiente año, Carvajal le escribió al arzobispo de la ciudad de México e inquisidor de la Nueva España, Pedro Moya de Contreras, explicándole que tenían 600 minas registradas, donde había pueblos y rancherías, donde vivían más de 8,000 indígenas. Según el biógrafo, Samuel Temkin, esto era una forma de exagerar la situación para atraer nuevos pobladores a esa región. Pedro Moya de Contreras, se convertiría más tarde en el sexto virrey de la Nueva España entre septiembre de 1584 y noviembre de 1585. El arzobispo Moya de Contreras mantenía una relación epistolar con Carvajal desde los primeros años de 1570, cuando había capturado a los corsarios ingleses de John Hawkins. Carvajal nombró primer alcalde ordinario de la villa Cueva de León a Juan Batista de Olid, uno de los hombres del arzobispo.
Meses después, en el mes de abril de 1582, Carvajal había fundado la ciudad de León, como lo explica en la misma carta al arzobispo. Este lugar es descrito como un valle más propicio para los cultivos, donde se produciría las provisiones para la villa y dicha ciudad. Carvajal apuntaba que en ella se encontraba una cantidad de labradores, ganado y carretones con provisiones. En ese lugar se encontraba la “caja de tres llaves” en donde se guardaría la plata que se recogería para la Corona de los pobladores, junto con los fierros para marcar el mineral.
Según fray Juan de la Magdalena, había escogido junto con Carvajal, un lote en el centro de la ciudad para el templo de San Pedro. El fraile mantenía informado al arzobispo sobre los avances de los nuevos asentamientos de Carvajal. De acuerdo con el viajero Juan González, la ciudad estaba ya habitada en 1583, con casas de adobe y en sus alrededores, se encontraban explotaciones con cultivos de trigo y maíz. La ciudad tenía un tesorero que habitaba en una “casa fuerte” con artillería para su defensa. El cabildo contaba con un capitán o alcalde mayor, dos alcaldes ordinarios y regidores.
Aunque se desconoce el nombre del primer alcalde mayor, el 1 de septiembre de 1583, Carvajal nombró, en este puesto para la villa y ciudad, a Gabriel de Mansilla. Curiosamente, en la confirmación de los oficiales en Cueva de León, la villa minera, se encuentran las rúbricas de personajes como, Alberto del Canto, Gonzalo Pérez Ferro y Diego de Montemayor. Este último se menciona como teniente a gobernador del Nuevo Reino del León, en ese documento.
La vida en el nuevo asentamiento.
Para finales del año 1582, Carvajal había pacificado y bautizado, a un número considerable de indígenas contiguos con la ciudad de León, dando una cantidad estimada de 8,000 individuos. Para Temkin, su biógrafo, él considera el número inflado; aunque sabemos que tan solo en la región del delta del río Bravo, llegaba a los 5,000 indígenas en tiempos de la colonia del Nuevo Santander, a mediados del siglo XVIII.
Carvajal repartió a la población nativa entre tres encomenderos: Hernán Ramírez, Manuel de Mederos y Diego de Montemayor. La pacificación duró poco y en pocos años resultó en dos levantamientos de los grupos indígenas, siendo en el segundo que terminaría por completo con los asentamientos de Carvajal. Por un corto tiempo, mantuvo pacificada a la población indígena en las inmediaciones de los asentamientos. Temkin opina que, los alzamientos de los indígenas se debieron a la llegada de nuevos colonos y soldados, que no obedecían las reglas como sus primeros seguidores, entre los cuales algunos habían venido desde España con él.
Las prácticas abusivas en contra de la población nativa en otras partes de la frontera, era el factor principal para que continuara la guerra chichimeca. El intento pacificador de Carvajal pronto se vio afectado por la expansión desde las provincias vecinas. En uno de estos casos sucedió que, cuando dos capitanes, Francisco Leyva Bonilla y Cristóbal Caldera, bajo el mando del teniente Rodrigo del Río Loysa de la Nueva Galicia, decidieron perseguir a un grupo de indios que habían atacado a unos viajeros en el Camino Real de la Nueva Galicia.
El grupo de soldados bajó la Sierra Madre hasta el valle de Extremadura en el Nuevo Reino de León, pasando a Pesquería, donde capturaron 40 piezas (cautivos) en una ranchería de un grupo local pacífico, cerca de los asentamientos de Carvajal. Cuando le llegó la noticia del cacique, de haberse llevado los soldados a estos y a otros indios del área, Carvajal persiguió a los transgresores, utilizando al cacique como guía, hasta cerca de Nacataz. En la subida de la sierra hacia Saltillo, Carvajal desarmó a los soldados y soltó a los cautivos. El teniente del Río Loysa, arrestaría posteriormente a sus dos capitanes, por haberse dejado desarmar.
Existen otros eventos, donde Carvajal intervino a favor de unos indios que le habían matado los caballos y quitado unas provisiones que traía, hacia la ciudad de León. Los asentamientos de Carvajal se encontraban en lo que es ahora Cerralvo, Nuevo León. Desde ese punto, exploraría hacia la desembocadura del río Bravo, buscando un lugar para un puerto. Envió a Diego de Montemayor a explorar hacia el poniente del Nuevo Reino de León, en lo que es ahora Monclova, Coahuila. Lo que encontraron en estos y otros viajes serán contados en una próxima nota.