El presidente Andrés Manuel López Obrador dio el banderazo de salida este viernes al Tren Maya, proyecto de infraestructura emblemático del actual gobierno, aunque expertos dicen que todavía está muy lejos de ser plenamente operativo y que la inauguración es apresurada.
Campeche, México.- Luego de decenas de amparos, movilizaciones, bloqueos y hasta una investigación en curso en instancias internacionales, el presidente Andrés Manuel López Obrador inauguró —aún con varias estaciones en obra— los tramos 2, 3 y 4 del Tren Maya que van de Campeche a Cancún.
Durante la conferencia mañanera de este viernes en la estación San Francisco (Campeche), el presidente aseguró que se trata de un hecho histórico, luego de que en más de 100 años se tuvo en el olvido al sureste mexicano.
“Nos da mucho gusto estar aquí en Campeche en este día verdaderamente histórico porque estamos inaugurando este tramo de Campeche a Cancún. Es una obra que en su totalidad comprende 1,554 kilómetros”, dijo.
Es una obra magna, no exageramos si decimos que no hay una obra así en la actualidad en el mundo, y se logró también en tiempo récord”, dijo el primer mandatario.
Otro tramo, de Palenque a Cancún, se abrirá a finales de diciembre, y el resto de las rutas estarán en funcionamiento en febrero, según el Gobierno.
Lo inaugurado este viernes comprende 14 estaciones a lo largo de 473 kilómetros de vía; 1,846 kilómetros de rieles, así como 69.3 millones de metros cúbicos de movimiento de tierra.
No se mencionó en ningún momento el costo de la obra.
Expertos dicen que todavía está muy lejos de ser plenamente operativo y que la inauguración es apresurada. El proyecto dista mucho de estar terminado, según un asesor de AMLO y una persona implicada en la construcción, que hablaron bajo condición de anonimato. No está claro cuándo será exactamente, afirmaron.
Proyectado originalmente en 7,500 millones de dólares, el Tren Maya costará más de 28,000 millones, han dicho funcionarios del Gobierno. Los boletos oscilarán entre 1,166 y 1,862 pesos.
Costos accesibles.
Uno de los anuncios más importantes fue el de que el costo del boleto para los mexicanos en el Tren Maya se mantendrá por debajo de los precios del servicios de autobús.
“Vamos a procurar que no sean excesivos los costos (…) sí que se tome en cuenta el turismo internacional pero también el turiusmo nacional y vamos a procurar que no haya costos elevados, ya quedamos con el general Águila de que el pasaje en el tren va a estar siempre, aunque sea poquito porque es bendito, siempre abajo del autobús, para los mexicanos, los campechanos, tabasqueños, sonorenses, guerrerenses, los que quieran venir y se van a ir preparando paquetes”, comentó López Obrador.
Otro de los datos expuestos es que se desplegará de manera permanente más de 2,800 efectivos de la Guardia Nacional para la seguridad del tren, reforzados incluso con 5 helicópteros Augusta, drones, radios de comunicación y cámaras de seguridad.
El último reporte de avance de obra de los tramos que hoy se inauguran arrojó que el Tramo 2, de 234 kilómetros entre Calkiní e Izamal, sí tiene ya al 100% la vía concluida, pero las estaciones aún al 80 por ciento.
El tramo 3 de Calkiní-Izamal, con 159 kilómetros de vía, reportaba 99% de estructuras colocadas; pasos vehiculares al 96%; vía férrea 100% colocada, pero con un faltante de 10% de los aparatos de vía por colocar.
El tramo 4 de Izamal a Cancún, con 239 kilómetros de vía es el que presenta más retraso, pues aunque la vía se encuentra al 100%, la estación de Chichen Itzá reporta avance de apenas 8%; la de Valladolid de 98%; Nuevo Xcan 94%, Leona Vicario 94% y Cancún Aeropuerto 85 por ciento.
Otro proyecto incompleto.
Es una de las varias obras emblemáticas de AMLO que se enfrentan a retrasos y a una espiral de costes. Una refinería en construcción también en el sur de México aún no produce gasolina utilizable a pesar de que se inauguró en 2022. El nuevo aeropuerto de la Ciudad de México (AIFA), operativo desde hace más de 20 meses, aún no ha atraído mucho tráfico de pasajeros.
López Obrador se había comprometido a terminar el tren a finales de 2023, lo que, según él, creará puestos de trabajo e impulsará la conectividad.
Los retrasos y los problemas legales han dificultado su avance. Activistas medioambientales y científicos sostienen que la construcción pone en grave peligro un delicado ecosistema subterráneo y divide la selva por la mitad.
“En cuanto a seguridad, una parte de este atraso del proyecto es precisamente por estos puntos (…) Se ha cambiado el proyecto varias veces”, dijo otro experto que participó en el estudio de impacto ambiental del gobierno.
Hablando bajo condición de anonimato, el experto dijo a Reuters que hay tramos sin terminar entre Tulum, Xpujil y Escárcega. Para concluir a tiempo se necesitaría una coordinación masiva, hasta ahora inexistente, entre todos los participantes en el proyecto, añadió.
Fue una carrera a contrarreloj hasta la inauguración de diciembre, explicó.
La Secretaría de Defensa, que dirige el proyecto, no respondió a las solicitudes de comentarios.
El miércoles, un grupo de activistas y buzos se adentraron en una cueva situada justo debajo de la construcción en el estado de Quintana Roo, en la península de Yucatán, para poner de relieve el impacto de la línea de tren en una parte vital del ecosistema local.
Se trata de una dentro de los cientos de cuevas subterráneas excavadas en la roca caliza blanda por el agua a lo largo de millones de años por las que pasará el tren. Los cenotes, son una fuente principal de agua dulce para innumerables comunidades y fauna de la península.
“No tenemos ni idea de lo que va a pasar con nuestra agua”, afirmó la activista Cristina Nolasco. “Deberíamos haber hecho esto de una manera sostenible que también pudiera garantizar la resistencia estructural, y no lo estamos haciendo”.