Algunos productos de la canasta básica se comercializan a un precio alto; los huevos casi alcanzan el doble de su costo habitual.
Enrique Hernández, Abel Miranda y Francisco Zorroza | El Sol de Acapulco.- Comerciantes en Acapulco y Chilpancingo encarecieron los precios de la comida y el agua, mientras los apoyos por parte del gobierno federal aún no llegan a varias de las zonas afectadas por el paso del huracán Otis, que dejó un saldo de 48 muertos en Guerrero, cifra actualizada ayer por la tarde.
El huevo, por ejemplo, cuyo precio hace una semana era de 60 a 68 pesos por rejilla, se vende de 94 a 120 pesos, mientras que el agua embotellada, uno de los productos que más necesitan los acapulqueños, cuesta entre 30 a 40 pesos por litros, cuando normalmente su costo es de 12 a 15 pesos; los refrescos, los más pequeños, son vendidos en 20 pesos, y los de dos litros hasta en 50 pesos.
En Chilpancingo, que es el principal centro de abastecimiento de combustible y alimentos para los acapulqueños que pueden salir del puerto, el Ayuntamiento emitió un comunicado en el que advierte que junto con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) pondrá sanciones a quienes incrementen los precios de los productos de la canasta básica.
Otros productos tuvieron incremento son los enlatados como el atún, sardina, chiles, verduras y demás, aunque en ellos el precio sólo aumentó unos pesos comparado con lo que costaban hace una semana.
En Acapulco, se detectó la venta a sobreprecio de productos presuntamente saqueados de tiendas de autoservicio en días pasados.
Al aumento de precio en los víveres se suma el del transporte público, pues los choferes cobran hasta 50 pesos por persona, 30 pesos más de lo establecido.
Los gobiernos federal y estatal llamaron a la población civil y a las organizaciones no gubernamentales a no llevar víveres directamente al puerto de Acapulco, sino que entreguen los apoyos a las Fuerzas Armadas para que los distribuyan.
En Chilpancingo se habilitó la 35 zona militar como centro de acopio y distribución de víveres para que desde aquí se organice el traslado.
La acción gubernamental coincide con denuncias en redes sociales sobre grupos que despojan de los víveres a lo largo de la carretera.
En Acapulco, la presencia de la Guardia Nacional ha evitado que continúe el saqueo de combustible y los dueños de las estaciones decidieron vender el producto para evitar pérdidas, mientras que la conectividad de la telefonía celular se restableció al 20 por ciento y la electricidad también en las zonas de fraccionamientos.
Sin embargo, en los últimos municipios de la Costa Chica, como San Marcos, Cruz Grande y Marquelia, la gasolina escasea y los víveres, principalmente el agua potable, son escasos. También tienen problemas de abastecimiento en Coyuca de Benítez, Atoyac de Álvarez, San Jerónimo y Tecpan de Galeana.
En el puerto, la tarde de este domingo el Gobierno de la República emitió un comunicado en el que reporta que la cifra de muertos por a causa del huracán Otis se elevó a 48, además de 36 desaparecidos.
Prestadores de servicio y restauranteros exigen la presencia de políticos en las calles para que observen el grado de devastación que dejó el huracán Otis y ayuden a fluir los apoyos pues muchos no podrán trabajar en al menos tres meses en lo que recuperan parte de sus utensilios de trabajo y limpian sus locales dañados.
Felipe Martínez, dirigente de prestadores de servicios turísticos, manifestó que desde el pasado miércoles, después del paso del huracán, ningún funcionario, regidor, diputados o senadores los han buscado para ofrecer ayudar como lo hacen en tiempos de campañas.
“Requerimos de muchos apoyos, estamos en la calle. ¿Dónde están esos diputados, regidores y los senadores? Que salgan a las calles destruidas de Acapulco“, expresó el líder de prestadores de servicios turísticos en playa El Morro, quien manifestó que el huracán los dejó en la calle, sin puestos, sin mercancías, sin ingresos y sin sus fuentes de trabajo.
Felipe Martínez aseguró que el fenómeno meteorológico dejó sin fuente de trabajo a más de cinco mil prestadores de servicios turísticos y comerciantes en las 22 playas que forman el puerto de Acapulco, y explicó que entre los afectados se encuentran desde comerciantes de playa, hasta propietarios de embarcaciones recreativas, además de cientos de pescadores.
Por su parte, empresarios de Caleta y Caletilla reportaron que más de 40 restauranteros tienen pérdidas millonarias que van dos a cinco millones de pesos cada uno, al considerar desde la construcción de los negocios hasta el equipo de trabajo.
La restaurantera Estela Estrada, con más de 30 años de trayectoria en la industria culinaria en el puerto, dijo que los empresarios quedaron en una ruina total, sin el patrimonio con el que por muchos sacaron adelante a sus familias.
“Hoy estamos en ceros, en la ruina y sin nuestros negocios, que era lo único con lo que teníamos para salir adelante, hoy estamos sin nada, pero con vida para trabajar y salir adelante poco a poco y desde el inicio”, dijo Estela.
La empresaria explicó que entre las pérdidas, además de la infraestructura, está el mobiliario y el equipo de cocina, y que algunos perdieron cabañas y palapas que fueron destruidas por los fuertes vientos y el oleaje, por lo que piden apoyo de las autoridades de los tres niveles de gobierno.