Empieza la temporada de estrenos de cine de terror con el regreso de Jigsaw.
Ciudad de México.- En términos cronológicos, Saw X da un salto hacia atrás para contarnos un episodio desconocido en la vida de John Kramer y centrar nuestra atención por completo en él en un momento muy delicado de su vida.
Estamos entre la primera y la segunda película, por lo que es una secuela directa de la original, con el regreso de otros personajes conocidos de la saga, aunque la gran atracción es el protagonista.
Saw X es dirigida por Kevin Greutert, quien editó las tres primeras entregas de Saw y ejerció como director en Saw VI y Saw VII 3D. Fue escrita por el dúo de guionistas Josh Stolberg y Pete Goldfinger (Saw VIII, Spiral. Saw y la saga Piraña). La décima entrega promete grandes dosis de gore, terror y angustia.
Saw X trata la crueldad de aquellas personas que se aprovechan de lo único que le queda a un enfermo terminal: ese atisbo de esperanza de una recuperación y, por lo tanto, de una segunda oportunidad para hacer las cosas de manera diferente.
Con la larga trayectoria que ya lleva John Kramer, hay un momento en el que incluso considera tirar sus bocetos a la basura (ten en cuenta que hay referencias a películas posteriores). Pero, de alguna manera, lo engañan. Le da igual la razón: el beneficio económico, una adicción incontrolable, la necesidad, la falta de escrúpulos o la búsqueda de una segunda oportunidad.
Considera a todos los eslabones de la cadena tan importantes como la ideóloga del plan: la supuesta doctora Pederson, que le propone un revolucionario y experimental tratamiento que combina cirugía y un cóctel de medicamentos aún no aprobado por la Agencia del Medicamento de Estados Unidos, que debe llevarse a cabo en México.
Lo peor de Saw X, con mucho, es el desenlace. Obviamente, no lo revelaremos, pero solo se explica si se está pensando en una futura película (una secuela de la secuela que tendría que desarrollarse antes de Saw II), porque deja importantes cabos sueltos y la sensación de que la trama general no queda resuelta en absoluto.
Por otro lado, la violencia disminuye a medida que avanza la película. Las trampas de Jigsaw son gradualmente menos brutales y crueles, mientras que la película nos coloca como espectadores en una posición complicada: humaniza y suaviza tanto al monstruo en comparación con la malvada persona a la que se enfrenta que nos hace sentir incómodos en más de una ocasión.
Es algo similar a lo que sucedió con No respires 2, pero aquí resulta aún más forzado porque vemos en Kramer una redención fallida. El guión tiende a sobre explicarlo todo demasiado. No esperes grandes revelaciones argumentales, porque los giros se ven venir. El fichaje de la actriz Synnøve Macody Lund, a quien hemos visto antes en Ragnarok, es una gran elección.
Lo que respecta a la sensibilidad de la audiencia es otra historia. Los tiempos en que la saga llegó a ser relegada a los cines X (Saw VI en 2009, en concreto) debido a su contenido extremo han quedado atrás… parece que después de películas hiperrealistas como Terrifier, nos cuesta más apartar la mirada de la pantalla escandalizados.
Así que, los fanáticos del gore deben estar advertidos de que pueden sentirse algo desilusionados con una película como esta: Saw X prometía escenas impactantes y las tiene, unas cuantas, pero se va desinflando. La liturgia habitual está presente, incluyendo la inquietante presencia de Billy con su grabadora, pero aquí Jigsaw se muestra mucho más vulnerable y al descubierto.
¿Le queda cuerda a la saga Saw? Puedes apostar que sí, aunque se echa de menos más imaginación en el guión y más valentía para perturbar a los espectadores. Nos han endurecido demasiado con excesos.