Juan B. Chapa ocupó en diferentes ocasiones el cargo de alcalde, durante el porfiriato se le reconoce como el promotor de la primera estructura de material sólido en el centro de la manzana del actual Mercado Zaragoza.
Durante el siglo XIX, los primeros edificios de materiales sólidos, gubernamental y religioso, fueron edificados gradualmente en la villa de Reynosa. La arquitectura de estas construcciones rústicas estuvo en continua rehechura desde sus inicios. Las antiguas edificaciones fueron derruidas para dar paso a diseños más funcionales entre las décadas de los años 1950 y 1960. Esta es la historia del desarrollo de la segunda estructura que sirvió como casa de gobierno entre 1827 y 1959.
El terreno para la Casa Consistorial (Palacio Municipal) fue asignado después que el Fiscal de lo Civil del Virreinato de la Nueva España tuvo noticias en México del traslado forzado de la población de la antigua villa de Reynosa a las Lomas de San Antonio; causado por la inundación que ocurrió entre el 26 junio y el 4 de julio de 1802.
Desde México, el Fiscal promovió el 25 de agosto de 1802 para que se procediera al arreglo de la nueva población formando sus calles, plaza y otras ordenanzas que disponían y prevenían las “Leyes de la Recopilación de Indias,” en su libro cuarto, título séptimo.
Dentro de la traza de la nueva población, el lote asignado para la Casa Consistorial quedaría casi al centro de la manzana al sur de la Plaza de Armas, la actual Plaza Miguel Hidalgo. En la primera villa, en lo que es ahora Reynosa Díaz, la Casa Consistorial estuvo ubicada en la esquina poniente, al sur de la plaza en donde se festeja cada 14 de marzo la fundación de Reynosa
De jacales a edificaciones sólidas.
Durante las primeras décadas de la nueva villa de Reynosa en el siglo XIX, el paisaje urbano lo conformaban simples jacales de bajareque con techos de paja, incluyendo los de la Casa Consistorial y de la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe. Las construcciones de sillares de caliche y ladrillo de barro cocido aparecieron a finales de la tercera década del siglo XIX.
La primera estructura sólida en Reynosa fue un cuarto angosto y rectangular de cal y canto; su lado alargado se extendía del centro del solar hacia el poniente, la pared exterior de sillares de caliche iba paralela a lo que es ahora la calle Morelos. Después de esta estructura levantada en 1827 que servía como cárcel, se edificó a unos cuantos metros hacia el oriente un segundo cuarto como Sala de Cabildo, para resguardar el archivo de la Secretaría del Ayuntamiento.
Estas dos estructuras de caliche, aproximadamente del mismo tamaño, quedaron separadas al centro del terreno, por un pasillo que sería cerrado con un arco forrado con ladrillos cocidos de arcilla del mismo río; esta estructura servía de zaguán y de antesala para los dos cuartos, pues las puertas quedaban una frente a la otra. Era también la entrada al extenso patio en la parte trasera del solar.
Según la Sección de Inventarios del Archivo Municipal de Reynosa (AMR) de 1842, el recinto al oriente era un cuarto que servía de juzgado y era donde se encontraba una armazón de madera que la Secretaría del Ayuntamiento utilizaba como estantería para su archivo; la dicha pieza tenía una sola puerta y una ventana. La sala y el zaguán no estaban terminados todavía, aunque se contaban con vigas y 50 sillares en el sitio para concluirlo. Lo mismo pasaba con la puerta y la ventana que ya estaban terminadas por el carpintero don Juan Ignacio Treviño, pero éstas no estaban instaladas.
Para entonces el edificio de la escuela de primeras letras se estaba construyendo dentro del mismo solar de la Casa Consistorial; tenía cincuenta varas de frente y se encontraba en “soleras” con una pared y su lateral sin concluir.
Este jacalón para los estudiantes estaría en funcionamiento para 1846, unos meses antes que Reynosa fuera intervenida por las tropas norteamericanas. Existía también un cuarto para depósito de armas y municiones, pero todavía no tenía el zaguán instalada su puerta.
El solar por la parte de atrás de la Presidencia Municipal se había empezado a cercar con piedra de sillar, mencionado como “corral de tapia”. Años después fue por esa “tapia” que circundaba el solar, que el prisionero Florencio Garza Garza utilizó para escaparse de la cárcel el 24 de diciembre de 1932.
A principios de 1899, después de haberse verificado la entrega y recepción de las autoridades locales, el entrante alcalde Lic. Juan Bautista Chapa en su discurso de toma de protesta dijo sobre “lo meritorio que sería para Reynosa colocarle un segundo piso a la Casa Municipal,” pues esto ofrecería ventajas para bien en el despacho de la administración pública.
Desde el 1º de enero de 1899 se estableció la Junta de Mejoras Materiales para organizar la obra del segundo piso de la Casa Consistorial. Durante esta reedificación se le hicieron importantes reparaciones a la casa municipal con un costo cubierto con fondos principalmente donados por particulares y un poco más de un tercio con fondos estatales. A través de la subscripción voluntaria se recabaron $ 1,656.00 pesos, de los mismos vecinos.
Según la “Reseña de obras públicas” impresa en 1899, entre los artesanos que hicieron la obra se encontraban, entre otros, los hermanos Rafael y Andrés Ríos como albañiles y Manuel Guerra como carpintero y pintor. Los materiales fueron pedidos por su propia cuenta a la H. Matamoros por dos comerciantes de Reynosa, el español José Tárrega y Mamiliano G. Rodríguez, quienes apoyaron dando plazos para que el ayuntamiento cubriera el gasto.
En marzo, ya con algo de avance en la obra, la villa de Reynosa fue visitada por el gobernador Lic. Guadalupe Mainero, quien daría el apoyo de $200.00 pesos a través de la “Oficina Hacendaria” de Reynosa. Posteriormente, el gobernador apoyó con $500.00 pesos más, cuando el alcalde Chapa fue a verlo a la capital del Estado.
Circundado por una “tapia”, el inmueble se encontraba en un solar de 21.5 metros de frente por 42 metros de fondo, los mismos metros que tiene el actual Palacio Municipal de Reynosa. El edificio era de dos pisos con un frente de 21.5 m de longitud, 5.5 m de fondo y 11.13 m de alto. Estaba dividido en seis departamentos: tres en la parte superior y tres en la inferior. A lo largo del edificio por el lado del patio incluía un corredor en la parte alta; este cubría la escalera que conducía al segundo piso. La parte baja y alta del lugar se hallaba subdividida en doce segmentos. Ahí se encontraban las oficinas del R. ayuntamiento, juzgados locales, juzgado civil, agencia del timbre, sub-colecturía de rentas, tesorería municipal, comandancia de policía, cárcel pública, cuartos de detención y archivo.
El Festejo.
La inauguración del nuevo recinto fue programada para las 10 de la mañana del 16 de septiembre de 1899, comenzando con la interpretación de la “Marcha a Zacatecas” por una orquesta convenida para el evento. El prosecretario, Edelmiro Rodríguez, leyó una reseña sobre los trabajos ejecutados por la Junta de Mejoras Materiales, dando las gracias a las personas que cooperaron con la obra.
Ahí, Abraham de los Santos Coy, vicepresidente de la Junta de Mejoras Materiales, en un acto solemne entregó la obra al Lic. Juan B. Chapa, quien develó una placa (que permaneció en su lugar hasta 1959) con las firmas del personal de la Junta, lista de los cooperadores, costo de la obra y un plano del edificio. El alcalde J. B. Chapa pronunció que “esto será el mejor testimonio que acrediten todo el tiempo la nobleza de vuestro modo de obrar, puesto que, con ese hecho habéis legado a las generaciones del porvenir un gran ejemplo que imitar”.
La orquesta tocó el Himno Nacional y continuaron con dos extensos discursos de los ciudadanos Carlos González y Dr. Mercedes Fernández. Esa noche del 16 de septiembre, se ofreció un gran baile en los altos del edificio inaugurado, tradición que perduraría por muchos años en Reynosa. Las fiestas patrias se extendieron en esa ocasión hasta las tres de la mañana del día 17.
Juan B. Chapa ocupó en diferentes ocasiones el cargo de alcalde, durante el porfiriato se le reconoce como el promotor de la primera estructura de material sólido en el centro de la manzana del actual Mercado Zaragoza. Conocida desde entonces como “El Parián”, es la tercera edificación más antigua que sobrevive en la ciudad de Reynosa, fue inaugurada desde el 16 de septiembre de 1882. Este personaje promovió el cuerpo superior de la torre del campanario de la Iglesia Guadalupe, donde se colocó el primer reloj público de Reynosa un 5 de mayo de 1898, el cuál había sido donado por la Ciudad de Matamoros.
Don Juan B. Chapa Cavazos vivió en el solar inmediato al sur de la Iglesia de Guadalupe, en el cruce de las calles Morelos y de la que lleva su nombre. Este estimado personaje reynosense falleció el 23 de octubre de 1902 y fue sepultado en el desaparecido Panteón Municipal de Reynosa, el cual se encontraba en los terrenos que ocupa la clínica-hospital del ISSSTE, en la calle Nicolás Bravo con López Mateos, a espaldas de la vía del ferrocarril y a un costado del paso a desnivel No.1.