El primer salvamento en la carrera profesional de Shohei Ohtani le representó a Japón el título del Clásico Mundial de Beisbol 2023.
Estados Unidos.- El pelotero de los Angelinos de Los Ángeles no relevaba desde 2015 y en esta ocasión lo hizo para que su seleccionado preservara la ventaja frente a los Estados Unidos. Pizarra final de 3 a 2.
Los nipones sellaron su tercer campeonato en este evento de la mano de su “caballo”, un Ohtani que es capaz de brillar con el bate en la mano y sobre la lomita de las responsabilidades. Shohei liquidó un angustioso noveno capítulo en el LoanDepot Park de Miami, Florida, luego de que la novena norteamericana se pusiera a tiro de piedra tras el vuelacercas de Kyle Schwarber a otro estelar de la rotación como lo fue Yu Darvish.
Los de las barras y las estrellas se encargaron de inaugurar la pizarra en la parte alta del segundo rollo. Con el sello de la casa, Trea Turner se la depositó del otro lado de la barda a Shota Imanaga, que no había registrado aperturas en el certamen. Ese fue el quinto jonrón para el elemento de los Dodgers y con el cual igualó la marca de más palos de vuelta entera en un solo clásico que le pertenecía al coreano Seung-Yuop Lee desde 2006.
Sin embargo, el representativo del país del sol naciente respondió a la hora cero. En esa misma segunda tanda, el verdugo de una noche antes para México, Munetaka Murakami, ganador de la triple corona en la última campaña de la liga japonesa, se fue para la calle en solitario ante los lanzamientos del texano Merrill Kelly y enseguida vino la voltereta con el rodado de Lars Nootbaar que condujo hasta la registradora a Sosuke Genda.
La escuadra de casa lucía sacudida, pero todavía faltaba la rayita que a la postre marcó la diferencia. En el cuarto episodio, la pirotécnica se prendió en la casa de los Marlins con el panorámico de Kazuma Okamoto que dejó totalmente petrificada la serpentina del pitcher de los Rockies de Colorado, Kyle Freeland.
En adelante, Japón dio cátedra con sus relevos ya que sin daño desfilaron Togo, Takahashi, Itoh, Ota y el mismo Ohtani, quien pese a otorgarle el pasaporte a McNeil, supo hacerla de escapista con una doble matanza y el chocolate recetado nada más y nada menos que a su compañero de equipo, Mike Trout. El bambinazo de Schwarber a Darvish solo sirvió para que la figura de Shohei Ohtani se encumbrara sobre el cerrito.
De esta manera, los japoneses se llevaron por tercera ocasión la gloria y son los máximos triunfadores en el Clásico Mundial, recordando que previamente se habían agenciado las ediciones de 2006 y 2009, mientras que República Dominicana había campeonado en 2013 y Estados Unidos en 2017 tras blanquear a Puerto Rico. La siguiente cita será en 2026.
Con información de ESTO.